(Inspirado por 'La canción del Pirata', hermoso poema de Espronceda a quien citaré dos veces entre "---")

"Con diez cañones por banda, viento en popa, a toda vela,
no corta el mar si no vuela, un velero bergantín.
Bagel pirata que llaman por su bravura 'El Temido',
en todo mar conocido, de uno a otro confín."

Es su capitán un hombre: alto, recio y muy fornido
por todos bien conocido por su arrojo y su hidalguía.
Del inglés y del francés, del español hasta Estambul,
todas las naves podría, conquistar si así quisiera,
este mes ya lleva veinte y el pasado diez y seis.
El fondo de su navío, cundido está de riqueza:
joyas, oro, plata y sedas, aceites, especias y pieles,
que han llegado de todos mares.

Su tripulación salvaje, necesita ya un descanso
y hacia costas del Caribe, enfila presto su quílla.
En hermosímo lago, en tierras aún silvestres,
busca su gente relajo en ciudad de Maracaibo.
Mientras goza en una fonda, de vinos y compañía
cantando alegres canciones de otras tierras y otro mares
ve pasar por la ventana, protejida por sombrilla,
de una gran belleza dama, por una anciana cuidada.
Sale el pirata tras ella, siguiéndola hasta su morada
y se asombra al ver la bella, entrar al Ayuntamiento.
Mientras él la perseguía, la niña con gran sigilo
obesrvó ser observada, reconociendo al pirata.
Disimula una sonrisa, mientras su rostro sonroja.

Hizo investigaciones, el corsario de la dama
y la gente de aquel pueblo, le informó que la muchacha
del Gobernador la hija era, bautizada por Lucía.
Al instante aquel audaz, quedó prendado de élla.
Con sus hombres esa noche, protejidos por tiniebla
en ausencia de la luna, treparon sobre murallas,
entre el jardín se movieron, llegando hasta su balcón
notando que en blanco lecho la niña en paz reposaba.
Pronto se introdujeron y en un ¡Zas! la amordazaron.
y sin que los guardia vieran, a la nao la raptaron.
Cuando la alarma se dió y los guardas la buscaran,
niña, pirata y galeón, en alta mar se encontraban.

Llevola a su camarote y ofreciendo mil disculpas
desatola de las manos y le quitó la mordaza.
Al verse la moza libre de terribles ligaduras
cuando a ella llegó el pirata, le propinó bofetada.
No dijo el pirata palabra y se aproximó a un cofre
extrajo elegante estuche y se lo ofreció a la dama,
curiosa abrió la niña la caja, quedándose deslumbrada,
hermoso collar de diamantes en terciopelo se hallaba.
Quedó la dama sin palabras y el hombre con cortesía,
tomó en sus manos la gema y diciéndole 'dispense'
lo abrochó sobre su cuello, presentándole un espejo.
Procedió luego a ofrecerle una copa, con rubies incrustada
que colmó con fino vino traído desde Madeira,
brindando por su belleza, le confesó que la amaba.
Esa noche abrileña ya llegando hasta Florida
la flor bella de Lucía, fue néctar del filibustero
y su pasión compartieron hasta que llegara el día.
Mandó la linda muchacha, un mensaje a tierra firme
pidiendo no se apenaran, siendo feliz en su vida.

Cinco o seis años pasaron, en esta nueva aventura,
ella se hizo espadachina para luego se experta
aprendiendo de chino pirata, mucho de artes marciales.
La tripulación de la nave, a menudo la admiraba
cuando tomaba el timón con el pirata a su vera.
Ella fué quien decidiera, cambiar de nombre a la nave,
ya que en las venas del pirata, la sangre azul no corría
Adiós el nombre de 'Temido', ahora sería 'Plebeyo'.
El 'Plebeyo' fué temido ahora siendo avistado
en aguas del Mediterráneo, mar de Ormuz y los Zargazos,
llegándose hasta Cathay, Patagonia y Tasmania.

Cierto atardecer en Junio, llamó la bella a su amante
-Amor- dijo, hemos de pensar, tenemos que sentar cabeza-
-¿De que me hablas, querida? ¿Qué pretendes hoy, amada?
¿No te gusta ya esta vida, ya te aburres de la mar?
-No es por eso, mi tontuelo, es por si llegan los hijos.-
-¡Hablas de hijos! ¿Es posible? preguntó el hombre exitado.-
Explicó la hermosa niña, tomándolo de la mano:
-Es que soy muy regular y no me llega en dos semanas.-
Fuera de si el corsario, levantola entre sus brazos
y lanzando carcajadas, le besaba pies y manos,
le besaba la boquita y sus pechitos besaba.
Ordenó para ella un sillón, que hasta trono parecía.
Más tarde y ya calmado, le preguntó a su amada:
-Dime ahora mi Lucía ¿Que sugieres tú, querida?
-Dígote que echemos mano del enterrado tesoro
y contruyamos nuestro nido en mi tierra caribeña.
me gustaría que fuera en la Isla Fantasía:
poco poblada y tranquila, de tibias arenas blancas,
regada por manantiales, abundan aves canoras,
en la bahia manglares y sus bosques con orquídeas,
los isleños amigables viviendo bajo cocales.-
-¡Me encanta, es una gran idea!- le interrumpió el pirata.
-Mas alli ¿Que he de hacer, en que te vas a ocupar?
Yo conozco de muñales, de espadas y de alfanges,
verduguillos y estiletos, cuchillos, tijeras, navajas-.
Pensativa la doncella, contestó después de un rato:
-Se me ha ocurrido una idea, dirétela en Fantasía.-

Pasaron algunos años, en la isla los amantes.
La dama había aprendido en todos aquellos viajes
de lenguajes y costumbres de paises extrangeros,
abrió un liceo de idiomas donde se enseñaba esgrima,
en la noche el hijo de China, enseñaba de karate.
-Tú- le dijo a su corsario- tienes que dar buen ejemplo
a nuestros cinco muchachos para que crezcan honrados.-
El filibustero que era ducho en navajas y tijeras,
estableció una doble empresa: por un lado 'Le Corsair'
salón de belleza para damas mientras que en esquina opuesta
'El Filibustero' para caballeros, famosa peluquería.

Y aquí termina la historia, de aquel valiente pirata
terror de todos los mares...hasta que se enamorara.
"Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la Libertada,
mi ley la furza y el viento, mi única patria la mar"
¡Ajá! ¡Ajá!