Escribo desde el tiempo post-tiempo,
en donde todo se ha acabado,
en donde ya nada nos convence,
escribo desde el tiempo de la muerte,
donde el amor se esconde, donde la rabia emerge.
Escribo desde este imperio de luz y cemento
que se alza sobre nosotros, nos empequeñece,
escribo tras la arquitectura magnánima,
el progreso infame, el hombre inerte.
(En este monstruoso bloque de hormigón,
en donde el olor a fritura y pasta base se mezclan con el ambiente,
escribo estas letras vacías de magia, vacías de vida,
de poesía ausente.)
no hay magia bajo este cielo nuclear,
en las manadas de automóviles,
en el estrés constante.
No hay magia en estos colores difusos,
en el hedor a alcantarilla,
entre las ratas, entre los ghettos...no hay magia.
Escribo bajo el efecto de la avaricia en los hombres,
bajo un sol naranjo que apenas se distingue,
escribo la historia del fin del mundo,
de la cual nosotros, partícipes innatos,
no quisimos hacer nada para detenerla.
24/4/2010 |