Si en mi trabajo a lo largo del día puedo hablar un par de horas con mi compañero Ramón sobre las bondades de los motores wolkswagen, la buena compra que son los coches de km. 0 o gerencia en los que puedes ahorrar 3000 euros o más simplemente por el hecho de que estén matriculados compensando el tiempo que pierdes en cobertura de garantía con un seguro de motor, las prestaciones del nuevo audi r8 gt de 0 a 100 en 4 segundos y de 0 a 200 en 10, de lo conveniente de viajar a alemania y comprar ahí coches de segunda mano a precios de broma en comparación con los de aquí. Si además da tiempo para poner de vuelta y media a media plantilla diciendo de este que es demasiado trabajador y que así nos deja en evidencia hasta que alguien le mande un anónimo junto con una bomba lapa en su recién estrenado kia picanto, diciendole que este mensaje se autodestruirá en cuanto arranques el coche, pelota. Si además da tiempo a repasar el partido del barcelona de basquet con otra bomba esta vez llamada Navarro que las enchufa de tres, nunca enchufé yo mas que de una en una. Si además da tiempo de hablar de que como se le ocurre al bigotes limpiar el cuartito donde nos cambiamos y donde almorzamos/merendamos/resopamos depende del turno, nada más y nada menos que con una lata de 10 litros de zotal, a todas luces fuera de lugar en un cuarto de 3 por 5 metros sin ventana ni aire acondicionado ni del otro apenas, y aquí no pasa nada, ni le quemamos el coche ni le metemos unas bolitas chinas rociadas con superglue por el culo ni nada de nada, se va de rositas. Y eso que dos compañeros comenzaron a vomitar del olor y a otro le dio un mareo y le comenzó a brotar sangre de la nariz, esta vez sin que nadie le diese un puñetazo por salir de la monotonía.
Si además me da tiempo a encerrarme en el baño y con bellas imágenes intercaladas de mis intermitentes musas comenzar el rito de masturbarme, darme cuenta de que se me precipita el asunto y parar con un punto y seguido y volver y parar y volver y ya no poder parar y levantarme de la taza del vater para no manchar mis pantalones joder y mientras muevo la manita estilo parkinson, respiración como perro cansado, lengua fuera y en u, ojos cerrados, imaginación ocupada en travelo del Venial mierda se coló, vertiendo en el suelo la profusa ofrenda y lavando luego las manos que huelen a poya a qué van a oler, y que no pega bien con el bocata de chorizo.
Y si además de eso me da tiempo a leerme 80 páginas de La máquina de follar de Bukowski con sus encuentros con locas amantes lascivas, vinos, wiskys, carreras de caballos y demás entretenimientos ¿no tengo con permiso del rey el mejor trabajo del mundo? |