{Este puede ser parte de una prosa mas larga, no se todavía, por ahora es lo que es. Apreciaría mucho si me dijeran si debo continuar o no. :)}
Apenas entró por al puerta, Argentina corrió al baño. Sacó los 3 paquetes y los apoyó en la pileta. Se sentó y los miró un minuto antes de ponerse a leer las instrucciones. Después de leerlas, hizo lo que el decían, con el primer kit, y el segundo y el tercero. “Espere tres minutos.” decía. No podía aguantar estar ahí esperando. Salió del baño mirando su reloj, ‘Tres minutos’ su voz salió como un murmullo. No podía creer que estaba en esta situación. Justo es ese momento, el peor de los tiempos para algo así. Si daba positivo no sabía que iba a hacer. Era todo tan complicado, y que venga alguien más complicaría todo mucho más. Ni siquiera se habían casado antes de que él se fuera, no porque Martín no quisiese, él le habia preguntado varias veces, y ella siempre decía que no, que tenían tiempo para esas cosas. Y ahora, ella tenía tiempo, mucho tiempo, mucho tiempo sola. Miró de nuevo su reloj, ya habían pasado cuatro minutos, no se había dado cuenta del tiempo. Caminó lentamente hacia el baño, abrió la puerta y se dirijió hacia la pileta. Levanto el primer kit, y el segundo, y después el tercero. Era unánime, ella estaba embarazada. Iba a ser madre, madre a un hijo sin padre. Madre soltera, viuda sin casarse. Martín había perdido su vida en esa puta guerra que no era suya, pero había dejado algo vivo en Buenos Aires, un pedazo de él, dentro de Argentina.
Ella soltólo que tenía en la mano, se arrodillo en el piso y se echó a llorar. Lloró por su Martín, lloró por su hermano, lloró por ella, y lloró por el bebe que tenía dentro suyo que nunca iba a conocer a su padre.
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