Diré algo que me he prohibido decir
diré que no hay gris
que, sin embargo, es un día feliz
diré aquello que jamás me permití decir
y haré lo que siempre guardé
por temor, por un fracaso constante
de la emoción ante algo parecido a la razón
que la sangre fluya y se deje arrastrar
no esta vez por el suelo
no esta vez por la daga
sino (¡que bien danzas!)
he aprendido que ayer no es hoy
al revés
está bien, lo diré
y haré lo que se contuvo como los caballos
ahí dentro en un oscuro corral
contaré todos los secretos de mi más queridísima amiga
y seré fiel conmigo
lo diré, lo haré
como que el fuego quema las entrañas del moribundo
brindemos por el día
por la noche feliz que se avecina
una moneda, por favor, al vagabundo
una costra más a la piel tersa
blanca
suave
limpia y sin jabón ni suero artificial.

Y si he de caer, caeré para ser izado
imponente y cuasi majestuoso
pintar de cian, magenta y amarillo toda la ciudad.
Miles de adoquines esperando la gran verdad
sin poder aguantar
ansiosos tanto que se muelen a golpes
y comienzan a luchar
tranquilos, ya que les voy a contar
voy a decir y a clamar
voy a hacer y martirizar
no es mañana, es esta noche
con las lunas y las garzas de testigos
con el gato y el fatuo ladrón
con el enfermo y el meditabundo
el que vaga solo por las calles
reflejo intenso de mí mismo.

Voy a hacer lo que no voy a hacer
por lo que silencio, va a nacer
de mi boca
de mi mente
absolutamente nada.