De Romina para papá
¡El último golpe! No me fui y tampoco estoy. Desde aquí lo veo todo en cámara lenta.

Primero los besos y abrazos, después las puteadas y los golpes, una y otra vez. Una repetición de situaciones. Y de pronto en el último golpe en mi mano sentí un rayo de luz, lo tomé y empuje hasta la empuñadura.

Luego la calle, la gente que pasaba a mi lado y, yo sin ver, pensaba en mis viejos, mi nena chiquita. No quería que ella viviera lo mismo que su mami. Dicen que las historias se repiten, para ella quiero lo mejor y mi vida no lo fue.

Ellos preguntan, por qué, cómo, cuándo y no sé qué decir, por qué, porque sí, cómo, a los golpes y cuándo, cuando quería. Por eso dije ¡BASTA! Y ahora estoy aquí, en el limbo recorriendo mi vida que fue corta pero muy intensa y violenta. Pero esta vez la violencia fue hacia mí y por mí, no pude más.

Ahora estoy aquí, serena, en paz, esperando a la Virgen de la Medalla Milagrosa que tome mi mano y me lleve ante su hijo, el que desde hoy y para siempre estará a mi lado.

Buenos Aires, 27 de Noviembre 2009