Para escribir un buen epitafio el primer requisito es morirse
inesperadamente, inesperadamente para sus familiares y conocidos, no para
usted. Muera tranquilo y no se preocupe de lo que piensen los demás,
finalmente siempre se dice “qué bueno era”.
Tómese la molestia de contratar el servicio funerario aún
cuando no tenga planes de morirse, porque como un muerto ya no tiene ni voz
ni voto, los familiares suelen hacer lo que les viene en gana o lo que les
parece más cómodo.
Asegúrese que su epitafio incluya por lo menos el nombre, y si de
verdad quiere ser recordado toda la vida a cada paso y a cada momento, pida
que al final escriban: VOLVERÉ…