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Inicio / Cuenteros Locales / Lucerodeluz / Cuestionamiento sobre los cuenteros invitados en este sitio

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Para Susana Bautista Cruz y Percival Alduncin, compañeros entrañables de letras.

Una vez que la emoción por hacerme miembro de una comunidad de escritores se apaciguó, empecé a explorar el sitio: “Página de los Cuentos”. Aquí existen dos clases de escritores, a quienes cariñosamente llaman “cuenteros”. La primera clase son los cuenteros invitados, los conocidos y consagrados como Mario Benedetti, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, y muchos otros. La segunda clase son los cuenteros locales, y estos son los no tan conocidos y consagrados, pero sí los miembros que participan en esta comunidad de cuento.

Resuelta a explorar “mi” nueva comunidad, abrí el portal de los cuenteros invitados, y esto fue lo que encontré: Julio Cortázar, Mario Benedetti, Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Eduardo Galeano, Octavio Paz, Gabriel García Márquez, Juan Rulfo y Jaime Sabines. ¿Alguien puede ver el problema inmediato en esta selección arbitraria de “cuenteros” invitados?

Sin lugar a dudas e innegablemente estos autores son gigantes en su género. Ese no es el tema a discusión. Tuve la oportunidad hace muchos años de asistir a una lectura que dio el mismísimo Jaime Sabines en la Sala Netzahualcóyotl en Cultisur (Centro Cultural Universitario de la UNAM), habrá sido a principios de los noventas. Fue un verdadero placer y gozo oír de los labios del mismo autor sus poemas como “Tarumba”, “Adán y Eva”, “Yuria”, “Mal Tiempo”. Obviamente la Sala Netzahualcóyotl estaba repleta, sin embargo, los organizadores del evento tuvieron el buen juicio de instalar bocinas en el exterior, y todos los estudiantes que no alcanzamos lugar en la Sala tuvimos por lo menos la oportunidad de escucharlo desde la explanada en el exterior del recinto. Esta experiencia la viví con los entonces compañeros de la Facultad de Filosofía y Letras, Percival Alduncin y Susana Bautista Cruz, amigos entrañables de toda una vida. Sus rostros, el calor, la multitud de estudiantes, de maestros, de admiradores, las palabras y la voz del gran Jaime Sabines se han quedado en mi alma como un tatuaje que anuncia uno de los momentos más hermosos y maravillosos de mi formación académica y personal. También tuve la oportunidad de asistir a un evento en Bellas Artes donde el gran poeta uruguayo, Mario Benedetti, leyó su poesía, de entre tantos y tantos poemas mi favorito tendría que ser “Si Dios fuera mujer”. Su prosa poética es excepcionalmente lúdica, me parece uno de los poetas con el sentido del humor más inteligente que he leído. En este evento alcanzamos lugar dentro del recinto de Bellas Artes, al que asistimos mi aún mejor amiga Susana Bautista, mi amigo entrañable; Percival Alduncin, quien desafortunadamente falleció hace algunos años y quien era un gran poeta, idealista y pensador, y algunos otros compañeros de la Facultad. Llegamos temprano. La experiencia también fue mágica e irreductiblemente eterna. Otro evento que también tengo que mencionar, pues fue por la misma época, al que también tuve la afortunada oportunidad de asistir junto con mis amigos inseparables Susie y Perci fue al increíble concierto que Silvio Rodríguez, cantante y poeta cubano, ofreció en el Monumento a la Revolución. ¡Otra experiencia mágica! Ahora sí estoy divagando.

Efectivamente, Jaime Sabines y Mario Benedetti son dos de mis poetas consentidos, pero son eso, poetas. ¿Por qué están incluidos como “cuenteros” invitados, si no son “cuenteros” por antonomasia? Y si vamos a incluir a estos grandes poetas, ¿Por qué no incluir al gran Pablo Neruda? Me parece una grosería para el pueblo chileno no incluir a este poeta tan destacado y tan querido como lo es el magnífico Pablo Neruda. Él es otro de mis poetas consentidos, y aunque no he tenido la oportunidad de escucharlo o verlo en vivo, sus poemas viven en mí, en su contradicción coherente, en su amor a la mujer, en su amor a la vida, en “Cien poemas de amor” ¿Por qué no incluirlo como “cuentero” invitado ya que se han incluido a otros poetas?

El problema aquí no es el que acabo de discutir, aunque me parece un problema de elección grave; todavía no llego a la preocupación mayor sobre esta lista arbitraria de “cuenteros” invitados. Por ejemplo, Octavio Paz, quien más que cuentista ha escrito ensayo y novela; de cuento se le conoce poco. Quizá ha sido incluido aquí por la cuestión del máximo galardón que se le puede otorgar a cualquier escritor, que es el Premio Nobel de la Literatura. Pero si vamos a incluir a Octavio Paz, ¿Por qué no incluir a dos de sus contemporáneos: Efraín Huerta y José Revueltas? Curiosamente los tres escritores mexicanos nacen en el mismo año: 1914. Claro, también habría que pensar por qué no se incluyó a Carlos Fuentes (México, 1928), o a José Emilio Pacheco (México, 1939), o a tantos otros.

¿Qué ocurre con Gabriel García Márquez? Pues lo mismo que ocurre con Jaime Sabines y Mario Benedetti: no pertenecen al género de cuento. Gabriel García Márquez (Colombia, 1928) es un gran novelista: “Cien años de soledad” (1967), “El otoño del patriarca” (1975), “Crónica de una muerte anunciada” (1981), “El amor en los tiempos del cólera” (1985) “El general en su laberinto” (1989), “Noticia de un secuestro” (1996). De estas la única que no he leído es la última. Su colección de cuentos también es variada y tiene por ejemplo: “La increíble y triste historia de Eréndira y de su abuela la desalmada” (1972) o “Doce cuentos peregrinos” (1992). Sus cuentos son tan deliciosos como sus novelas, sin embargo, se le conocen y ha destacado por sus novelas y no por sus cuentos.

Lo que realmente raya en el colmo de la elección de esta lista arbitraria, es que no se hayan tomado en cuenta a escritores que realmente son cuentistas. ¿Por qué no se incluyeron a escritores que han trabajado el género de cuento? Por ejemplo, Salvador Elizondo (México 1932-2006), quien sí es cuentista, de hecho se dio a conocer con este género en una colección titulada “Narda o el verano” (1964), siguió cultivando este género en “El retrato de Zoe y otras mentiras” (1968) y “Camera lucida” (1983). Otro autor que se debió incluir es sin lugar a dudas a José Emilio Pacheco (México, 1939), quien ha cultivado todos los géneros literarios. Su colección de cuento muestra la niñez, la adolescencia y el deterioro de la ciudad de México, “El viento distante y otros relatos” (1963). Existen otros cuentistas latinoamericanos que también debieron ser incluidos, pero que no voy a mencionar, por lo menos, no por ahora.

Atinadamente Jorge Luis Borges (Argentina, 1899) ha sido incluido en esta lista de “cuenteros” invitados. Un escritor completo que ha incursionado y transformado todos los géneros literarios: poesía, relato, prosa, ensayo, y sí, nuestro tema concerniente: cuento. Otro autor que muy felizmente ha sido incluido es Julio Cortázar (Argentina, 1914-1984), quien se entiende sea el primer “cuentero” convocado a este sitio “Páginas de los cuentos”, pues ha destacado antes que nada como un maestro del cuento breve. “Bestiario” (1951), “Las armas secretas” (1959), uno de cuyos relatos, “El perseguidor”, se ha convertido en un referente obligado de su obra; “Todos los fuegos el fuego” (1966); “Octaedro” (1974), y “Queremos tanto a Glenda” (1981). Entre el relato y el ensayo imaginativo de difícil clasificación se encuentran “Historias de cronopios y de famas” (1962), “La vuelta al día en ochenta mundos” (1967) o “Último round” (1969). Y otro autor que también cumple con los requisitos de este sitio es el gran Juan Rulfo (México, 1918-1986) novelista y cuentista, quien es grande en la literatura mexicana. Sus obras más conocidas son la colección de cuentos “El llano en llamas” (1953) y su novela “Pedro Páramo” (1955).

En lo que concierne a este sitio “Página de los cuentos” estos tres autores llenan, cumplen y satisfacen el perfil que nos concierne: el cuento, como género literario. Sin embargo, ese no es el problema más angustiante, ni el más preocupante. Aún no he alcanzado a formular el terrible y gran problema que veo en esta lista de “cuenteros” invitados: Julio Cortázar, Mario Benedetti, Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Eduardo Galeano, Octavio Paz, Gabriel García Márquez, Juan Rulfo y Jaime Sabines.

¿Habrá alguien que a estas alturas del ensayo se dé cuenta del grave problema que existe en esta lista?

Hay un elemento que brilla por su ausencia. ¿Qué podrá ser?


La voz femenina.
¡No se ha incluido a ninguna escritora! No puedo dar crédito que a nadie se le haya ocurrido “invitar” a una escritora. Es indignante que habiendo tantas y tantas cuentistas de gran talla, grandes escritoras latinoamericanas, no se haya incluido ni siquiera a una. ¿Qué pasa?

Me gustaría proponer a la siguiente extraordinaria cuentista:
Amparo Dávila: una maestra del cuento. Amparo Dávila nace en Pinos, Zacatecas, México en 1928. Su opinión sobre el proceso creativo es la siguiente: "No creo en la literatura hecha a base de inteligencia pura o la sola imaginación, yo creo en la literatura vivencial, ya que esto, la vivencia, es lo que comunica a la obra la clara sensación de lo conocido, de lo ya vivido, lo que hace que la obra perdure en la memoria y en el sentimiento".

Voy a incluir un material muy interesante que encontré en “La Jornada Semanal” Sábado 31 de diciembre 2005. Núm. 565. Pues ejemplifica magistralmente quien es esta autora, esta implacable cuentista zacatecana, y también plantea una pregunta que debe preocupar precisamente a este sitio: ¿Qué es el cuento? ¿Cuál es la diferencia entre relato y cuento? La información que tomé de “La Jornada Semanal” aparecerá entre estos signos: […]

[El relato es una narración generalmente breve y con un tiempo cronológico que cuenta una sola historia convencional, no tiene un final enigmático o ambiguo; su lectura no requiere necesariamente de un ejercicio crítico o una relectura para su interpretación.]

Aquí establecemos lo que es el relato y proseguimos a la diferencia que existe comparado con el cuento:

[El cuento, a diferencia del relato, tiene una estructura narrativa más compleja; todos los componentes de la diégesis: personajes, tiempo, espacio y narrador, participan de la historia oculta que produce al final de la historia una inversión de lo pensado hasta entonces por el lector o un cúmulo de dudas o ambigüedades alrededor del texto leído. Dice Lauro Zavala que el cuento "admite muchas posibles interpretaciones". Las preguntas que al final de la lectura surgen en el lector, así como la interpretación final que éste haga de la historia, son quizás una de las características más frecuentes de lo que denominamos “cuento”.]

Y es en este ámbito, en esta definición de cuento en donde Amparo Dávila brilla como una estrella, los temas que toca son [la enajenación mental, el peligro, la muerte, el miedo a los animales o seres animalizados, y lo siniestro; la mayoría de estos temas giran en torno a personajes femeninos.] Sus cuentos me han marcado tanto o más que los de Julio Cortázar. Entre mis favoritos se encuentran “Alta Cocina”, “El huésped”, “La señorita Julia” y “Tina Reyes”.

Lamentablemente a Amparo Dávila la crítica literaria la ha olvidado, por eso fue que decidí escogerla a ella antes que a otras autoras latinoamericanas. Ella es una escritora misteriosa, en todo el sentido de la palabra. Pero su obra, sus cuentos, no deben ser un misterio, deben conocerse y disfrutarse ampliamente, pues son platillos suculentos para el amante del cuento.

Su obra narrativa incluye “Tiempo destrozado” de 1959, “Música concreta” de 1964, y “Árboles petrificados” de 1977, obra con la que obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia ese mismo año. Del libro “Tiempo destrozado”, compuesto por doce cuentos, destacan: "El huésped", "La celda", "La señorita Julia", "El espejo" y "Moisés y Gaspar". Del libro de cuentos “Música concreta” destacan "Detrás de la reja", "El desayuno", "Tina Reyes" y el que da título al libro.

Luz María Contreras Johnson

Texto agregado el 07-05-2010, y leído por 923 visitantes. (11 votos)


Lectores Opinan
15-12-2010 También pienso lo mismo que Moebiux.. la cosa es más sencilla de lo que parece.. vilyalisse
11-10-2010 Es todo mucho más sencillo: esta página nació como una página personal de Gik donde fue subiendo textos de autores que le gustaban. La creación de la comunidad fue después, y la opción de que los miembros de la comunidad pudiera subir sus propios textos llegó más tarde. Y esa última opción fue la que convirtió esta página en lo que hoy es. ¿Por qué no hay más autores dentro de la lista de Cuenteros Invitados? Pues para evitarse problemas con los derechos de autor. Gik ha mantenido los autores que subió en su momento porque nadie le ha dicho nada, pero puede verse obligado a quitarlos de la web en cuanto alguien -el propietario de los derechos de autor de los textos- se lo exija. Así que, como dice el refrán, mejor no meneallo. Si subiera más textos de autores consagrados el riesgo de la web de ser denunciada crecería. Y como al fin al cabo la gracia de esta web radica en la comunidad y no en los textos de autores conocidos, no ha tocado ese tema. No hay conspiración alguna ni olvidos a posta. moebiux
06-06-2010 Zepol es realmente una porquería humana: con tal de quedar bien y que le den sus putas estrellas es capaz de chuparla hasta la saciedad... me da asco un ser como López, repelente, asqueroso, viscoso y ruin... miserable patány escritor de pacotilla... Otra bazofia es Murov... una mierda descerebrada y maricón de a peso... Tu artículo es interesante, pero incompleto, tal como sostuvo emiliosalamanca, saludos riverdelpuerto
27-05-2010 Vine de mi exilio literario con la única intención de votarle una estrella, Sra. Lucerodeluz. ¿Por qué? Porque quiero explicarle algo. Esta página fue creada por la mente brillante de Gik. Es como un “gran blog” al que todos nos incorporamos gratuitamente. El que la Página de los Cuentos sea popular en Internet, usted la encontró y luego se inscribió, no implica necesariamente que la misma deba ser estricta, absoluta, ni mucho menos academicista y petulante si partimos del hecho de que, el espacio, nace como noble gesto de gratitud por parte de Gik hacia el ente creador Cortázar. Seré más explícito en esto último: Gik tenía 6 años cuando su papá, don Girardi, regresó del trabajo y, como regalo de cumpleaños, le regaló “Historias de cronopios y de famas”. Luego de esto, Gik dio cabriolas por la sala gritando “Yupi!...Yupi!” y doña Girardi, sonrió desde la cocina. ¿Por qué sonrió? Porque las mujeres presienten cuando algo es correcto, y aquel regalo degeneró en esta magnífica página. Usted llamará “lista arbitraria” a la selección gikiana de “cuenteros”, pero a fin de cuentas, el dueño hace lo que quiera con su casa. Si yo quiero mi casa verde, la pinto así y punto. No necesito un consenso internacional de físicos, sicólogos y siquiatras que vengan a hablarme de la energía en el espectro visible que creará semejante longitud de onda en la retina, como para que el cerebro registre otras cosas y la respuesta conductual final del Homo sapiens sapiens que pasa por la acera sea la que fuere. Este es el mundo que concibió Gik y lo apoyo 100%. Al que no le guste, pues que cree su comunidad de sabios y pedantes letrados para ver si podrá, verdaderamente, generar este “megablog”. Si uno desglosa el ensayo de Lucerodeluz, ¿qué hay de ella? Es decir, ¿hay verdaderas ideas o simplemente retórica? Yo leí atentamente su ensayo. ¿Cómo es esto? Así: desfragmenté su ensayo en busca de sus ideas. Deje a un lado toda la información petulante que, a fin de cuentas, sólo sirve para que peces caigan en el anzuelo (el primero fue Zepol). ¿Cuál es esa información petulante? Nombre del autor, de la obra y año de publicación (seguramente substraída de Wikipedia; asumo esto porque el ensayo no trae ni una cita bibliográfica). ¿Qué encontró? Nada de razón, sólo una leve inclinación que cualquier Homo sapiens sapiens puede generar. No leo ideas, sólo retórica que uno termina echando a la basura. Neftalí Reyes (Pablo Neruda) no me gusta. ¿Por qué? Porque la gente, un mar de idiotas que entienden por lo que dicen otros y no por lo que ellos realmente entienden (me arrecha la incapacidad mental), dejan influenciar su vida sin sentarse a evaluar el arte por lo que ellos realmente ven. Yo tenía en alto a Neruda, pero era porque yo también era un idiota que dejaba que guiarme por lo que decían los demás. En una conversación agradable que sostuve con mi amigo Alipuso, hacia diciembre de 2008, resolvimos que Huidobro poseía mayor arte que el mismo Neruda. Pablo fue la sombra que opacó a Huidobro, así como Pablo Picasso ocultó al gran Amadeo Modigliani. Yo siento empatía hacia el verdadero arte, no hacia el maldito sensacionalismo barato que se divulga por la puta popularidad (procure hacer lo mismo y hallará verdaderos genios como PHER). Murov
14-05-2010 El amigo Zepol me hizo una invitación a leer tu interesante y documentado texto. Tienes razón en muchas de tus argumentaciones, pero entiendo que la cita de cuenteros "profesionales" sería interminable, si se pretendiera incluir a todos y a todas las y los que se lo merecen...Pero sí me resulta curioso que sólo cites cuenteros latino-americanos y abogues por su inclusión y, sin embargo, te olvides totalmente de antiguos y modernos cuenteros de la "madre patria", que tambien los hay y de alta calidad... Por otra parte, a nadie se le ocurre excluir de esta Página, a los poetas...Tal vez, el título debería ser "Página de los cuentos y de la poesía"..... Te felicito sinceramente por tu artículo, bueno pero incompleto, a mi entender... emiliosalamanca
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