Era una gran guerra medieval, hace más de doscientas batallas que el fuerte no caía. Ya habían sido tomadas las dos torres del inmenso castillo y con eso tenían todo el control del reino enemigo.

— ¡Vamos con todo! — Gritó y el consejero del rey se movió dos pasos a su derecha— ¡Démosle una dosis de su propia medicina!

— ¡No nos lograrán vencer esta vez! — aseguró y el hombre en el caballo siguió su extraño trayecto.

— ¡Ya casi lo tenemos! ¡Ahí está, acorralado! — gritaron todos dirigiéndose al rey enemigo, y con una expresión del júbilo que da la victoria ante un campeón mundial, todos a coro gritaron:

“¡Jaque Mate!"