EL RELOJ
Qué horrible desencanto guarda el reloj.
Ladrón, maleante del tiempo.
¿ Cuándo me devolverás las horas perdidas?
Que se han quedado en tus engranajes,
Cuándo las devolverás?
Tal vez si lo tomo entre mis manos
y escarcho con violencia, brutal
su curvo cristal,
pueda recuperar los momentos que me robó.
Y si aún así, se encapricha,
y decide por estás cosas de máquinas
no concederme más horas, que la ya dispuestas,
entonces sin miramientos exterminarlo será mi meta.
Máquina horrenda que se empeña
en su tic tac, inútil y constante.
Máquina infernal empeñada en conocer
cuál es el límite del tiempo.
Cuando sus agujas no se muevan ante mis ojos,
quién habrá muerto para ese entonces?
Él máquina horrenda, infernal
o yo ?
Que después de tanto pensar y creer
de tanto hundirme en cálculos y espirales
comprendo que es inútil.
Máquina incansable, y despiadada,
tan simple e inofensiva como un reloj.