Nos movíamos entre el amor y el odio, como quienes no saben lo que hacen, pero quieren hacerlo de todas maneras. No sabia si era el misterio lo que me hacia seguir, o el amor. Nos dejamos llevar por la pasión, como dos niños explorando nuevos cuerpos. No podíamos parar, queríamos todo y nada a la vez. La mujer siempre es mas sentimiento, el hombre más animal. Tengo miedo.

Alguna vez leí que no debemos dejar que el miedo a fracasar nos impida jugar. Claramente lo dijo un hombre; quien no sabe los caminos que embarcamos las mujeres. A este punto, sentir sería explorar aguas profundas. Y no es el miedo a fracasar el que me frena, sino el miedo a herir.

No habla. No dice nada. No se expresa. Solo da señales, señales confusas, o talvez claras y soy yo la que no ve. Y es que últimamente la vida se me hace un colocho, y mientras más trato de desencolochar más se me enreda.