Los días grises sumerge el espíritu en una profunda nostalgia,
Meditabunda observo desde mi ventana como la naturaleza duerme.
En la profundidad de un silencio se reviven los recuerdos y las añoranzas
Y con mensura pienso en la vida y en lo que ella ha querido ofrecerme.

El corazón es el cofre que secuestra el alma mítica y sensual,
El libro que guarda nuestros enigmáticos recuerdos,
Desde un delirio pasado de un amor lejano y trascendental,
Hasta el dolor supremo que dejo nuestro Ser lerdo.

En los días grises salen de mi corazón esos recuerdos,
Vienen a mí la imagen de las personas amadas que dejaron huellas,
En los días grises entonces comprendo,
Que el cielo no quiso que llegara a las nubes sino que alcanzara las estrellas.

La vida es efímera, la vida es muy corta…
Amemos con intensidad todo lo que nos ofrece,
Un día nos dará un sol resplandeciente,
Pero otro día nos tocará llorar amargamente.

Y cuando se acerque el final de nuestro camino …
Cuando nuestra cosecha este levantada y guardada en el granero,
Cuando finalice nuestra épica y nos aguarde el inevitable destino,
Dejaré el nido y diré satisfactoriamente: Espíritu, vuela sosegado, muy alto, hazlo amigo.