Querido San Pedro:
En mi carácter de haber sido bautizado al catolicismo me siento con el derecho de escribirle estas líneas a fin de formularle algunas preguntas. No es la primera vez que le escribo a algún San. De chico le escribí en varias oportunidades a San Nicolás, alias Papa Noel o Santa... ¿Santa? Bue, cada cual se hace llamar como más lo amerite la ocasión. Las cartas que escribía de niño tal vez eran algo ambiciosas, lo reconozco, pero de una bicicleta a un par de zapatillas era un claro mensaje: Pibe, seguí caminando y ni sueñes con montarte sobre ruedas. En fin, de puro testarudo me las arregle para tener una bici que no tardo en partirse al medio mientras bajaba el cordón de una vereda. De adolescente seguí insistiendo con los rodados. Tuve una motoneta Siambreta que nunca anduvo, un Mercedes modelo 53 que en mas de una ocasión debíamos empujar con mis amigos, llegando al colmo de perderlos el día que el empujón unió Quilmes con Don Bosco, un Fiat 600 que a poco de comprarlo mágicamente le desapareció un pistón y así seguir con dos robos y un concurso de zapateo de unos adolescentes borrachos en el capot, techo y parabrisas de mi anteúltimo auto. Supongo que las aseguradoras me consideran persona no grata.
Volviendo a lo que nos compete vos pensaras, (ya te tuteo porque estoy caliente): ¿Que tiene que ver lo que me esta contando este? Paciencia, ya te lo explico. Ya sé que no sos de contestar preguntas, pero al menos quiero que las sepas. ¿Por que tanta bronca? Sé que no soy un socio muy devoto y que adeudo una cuantas cuotas al club. Sé que te embroncas porque tengo más afinidad con el Don Pedro que con vos, (jamás pude resistirme al helado con whisky), pero ¿es para tanto? Ese domingo se cumplían dos semanas que había comprado mi último autito. ¿Estaba lindo no? Vos lo habrás visto desde haya arriba supongo. En el noticiero, después de escuchar a Evo Morales decir que comer pollo produce calvicie y hace crecer las tetas, (me quede pensando que opinaría mi mujer si me compro una peluca y le pido algunos corpiños), el meteorólogo se hace el gracioso y el galán con la periodista que conduce y como siempre que llueve anuncia alerta meteorológico con probabilidad de granizo. Uno ya no les cree. Es como el cuento de Pedro y el lobo, pero en este caso sería San Pedro y el bobo. ¿No estas conforme con tu trabajo de portero? ¡Lo lamento viejo! ¿Estabas aburrido? Esta bien, los domingos son aburridos, pero cagarnos a piedrasos me parece excesivo. No era granizo ¡¡¡Eran ladrillos!!! En fin, son épocas duras y con un laburo no alcanza y vos debes tener algún arreglo con los chapistas y vendedores de parabrisas pero después no te quejes cuando prefiero al Don Pedro (sin helado ni rocas por favor).
Como sé que sos rencoroso, sé que me la vas a poner difícil cuando llegue mi hora y me tengas que abrir el portón. Igual no te voy a dar el gusto patovica celestial. Ya estoy haciendo meritos para que me reciban en el bar del sótano. Es más cálido.
Cualquier semejanza con la realidad, les juro que es realidad. (Mas vale reír ¿no?)
|