Tan oscura de Agustín Cadena es una novela que efectivamente quema; una obra llena de obscuro deseo, autodestructivo, como un gato negro que encaja las uñas en un cuello largo, hermoso y blanquecino. Esta novela explora esta condición de amor como muerte, como adicción erótica, como mutilación, como fracaso insalvable. Los tres personajes son Gregorio Montero, pintor conocido y maestro de artes plásticas; Julia, modelo de la escuela de artes plásticas, esposa de Gregorio, diez años más joven que él, y; Bodo, el novio guapo de Julia, dos años más joven que ella. La obra gira en función a la dinámica de sus tres personajes principales, y es esta dinámica entre los tres, es este triángulo el personaje principal, y no Julia como protagonista y mucho menos como heroína. De hecho, Julia deja de ser un personaje en muchos sentidos para convertirse en un objeto, en un interlocutor, en un pretexto donde Gregorio trata de explicar su propio deseo, su propio sentido de auto-destrucción, su propio sentir de tortura ante la vida y su sensibilidad como artista. De la misma manera, Julia funciona no como una persona, sino como un símbolo de deseo, tanto para Bodo como para Gregorio; símbolo que ambos no logran descifrar.
Tan oscura es en sí una novela de contradicciones, de claroscuros, de desbordante ternura y de insufrible violencia, de insufrible ternura y de desbordante agresividad. Sin embargo, aquí no encontraremos las contradicciones coherentes de Pablo Neruda en Cien poemas de amor, aquí sólo encontraremos contradicciones sin sentido de seres trastornados que se alimentan de una tortura insana hasta el punto de la glotonería y de la lujuria más soez.
Gregorio no sólo es el artista, el maestro y el esposo de Julia, también es el arquitecto de este triángulo, quien egoístamente se entrega a su obra como un argonauta náufrago y perdido desde un principio. Julia y Bodo, los más jóvenes, son restos del naufragio que las olas traen y llevan en la orilla del mar.
I made you grow like a plant of the field. You grew up and developed and became the most beautiful of jewels. (Ezekiel 16:7, NIV)
La traducción al español es la siguiente, aunque me sigue gustando más la versión en inglés:
Te hice crecer como una planta del campo. Te desarrollaste, llegaste a ser grande y te hiciste mujer. Tus pechos se hicieron firmes, y el vello te brotó. Pero estabas completamente desnuda. (Ezequiel 16:7)
¿Quién no desea la joya más hermosa, o bien una mujer hermosa y completamente desnuda? Por supuesto, innegablemente Julia se tendrá que convertir en el objeto del deseo, quien Gregorio y Bodo, ambos y de manera distinta, terminan por arruinar en su búsqueda incansable por descifrar su propia existencia. Julia ya no es una persona, ni siquiera una mujer hermosa, más bien se convierte en una poderosa adicción erótica, en la última droga, en el máximo objeto de atracción; como en “El Señor de los Anillos” de J.B. Tolkein, Gregorio y Bodo no pueden más que como el mismísimo Sméagol verla hipnotizados, consumidos, mientras recitan: “My precious, My precious”.
La lectura de Tan oscura nos lleva nuevamente a sumergirnos en esta dinámica de contradicción. El texto es sencillo y fácil de seguir, no así el contenido. Las palabras fluyen como una brisa, existe una cadencia armoniosa y llena de belleza, en cambio, el contenido se torna denso, torpe, no fluye, se atora como un atragantamiento y de la belleza de las palabras y la composición no queda más que el horror de este mundo oscuro.
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