Siempre se está bajo el influjo del otro, de su inundación, de su invasión, de su amor, de su lágrima, de su destierro, de su blasfemia, de su silencio, de su forma, de su implacable y para siempre, influencia...
Muy pocas veces, o solo una, ví mi vida pender gravemente de un hilo, hermoso y cruel, vínculo débil que halló morada en el amor del otro. Entonces mi pulso adquirió una nueva arritmia, la soledad, un nuevo destino, y mi mundo intangible, un nombre, con su correspondiente camino.
Y si el amor es una fuerza viva, en candente peligro, la oscuridad que en mí campea, y comparte piso, me hizo pensar en el azaroso ciclo de su proporcional descamino, para que comprendiera, prematuramente, el duro peso de saber que toda fuerza viva está condenada a un solo nacimiento, a un solo argumento, a una sola muerte, en este infame universo.
Mil veces me pregunté sobre la coherencia que guarda este absurdo, mil veces me ganó el silencio o la respuesta inexacta, otras veces, me ganó el recuerdo.
Con tanta complejidad para lo simple, con el gesto libre y hermoso de saberse querido, pudiendo estar en mil lugares diferentes, y sin embargo, ofreciendo sin cuestionamientos, el camino sin retorno hacia el abrazo, el intercambio, la caricia, el beso oportuno, la espera, el sexo, la mística turbia de la profundidad ajena, el frágil y valioso tiempo.
Comprendí el sentido de haber estado bajo el influjo del otro, de encontrarme en el reflejo de alguien, que no nació conmigo. Pude conocer, pude conocerme a mí mismo.
-En la calle flechada del amor, suceden cosas que jamás se olvidan.
Luego quedan hondas secuelas, graves y hermosas como la música. Luego se escribe en el aire y para quién ya no existe, sobre la herida fatal, que nos abre irremediablemente la consumada pasión.
...Fué por amor que percibí en alguien más, el carácter de la verdadera belleza.
...Fué por amor que comprendí el lado siniestro de los ciclos vitales.
...Fué por amor que hablé por primera vez de necesidad.
-Pero hay algo peor que el amor, esto es: ...Su ausencia.
Otoño del 2010.
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