— ¿A dónde vamos, mamá?
—Vamos a dar un paseo nocturno por la ciudad en automóvil
— ¿Y para qué?
—Para que pueda pensar un poco
— ¿Pensar sobre qué?
—Sobre las cosas de la vida
— ¡Qué bien!
— ¿Por qué te alegras, hijo?
—Por qué también yo necesito que me expliques cosas de la vida que aun no entiendo
— ¿Cosas que no entiendes? ¿Cómo que cosas?
— ¡Mira! ¡Esa es una de las cosas que no entiendo!
— ¿Cuál?
—A esa mujer que está en aquella esquina. ¡Explícame!, ¿Por qué esta tan maquillada?, ¿Por qué sus ropas son tan diminutas?
—Hijo mío, yo, te seré sincera, aquella mujer es una mujer enamorada que espera a su amado
— ¿Y quién es su amado?, ¿Es acaso ese hombre?
— ¡Sí! ¡Es ese hombre!
—Pero si ese hombre es su enamorado, ¿Qué hace aquel otro señor ofreciéndole dinero?
—Lo que sucede, hijo mío, es que el primer hombre la ama incondicionalmente, pues no tiene dinero, es pobre, y aquel segundo, además de ser más joven y apto para el amor de ella es rico y tiene más posibilidades de mantenerla como su esposa.
— ¿En qué mundo vivimos si lo más importante es el dinero?
—No, hijo, te equivocas, no a todas las personas nos interesa el dinero, hay cosas más importantes que el dinero y eso lo tienes que saber muy bien, hijito.
— ¿Cosas como querer volver a ser niño?
— ¡Exacto!
— ¿Cómo aquellos dos jóvenes, mami?
— ¿Quiénes?
—Ellos que juegan ahí en ese callejón, ¿A que están jugando?
— Hijo mío, yo, te seré sincera nuevamente, ellos están jugando a los policías y ladrones
—Pero, ¿Por qué ese señor ha dejado caer a su amigo?, ¿Por qué el que esta caído está gritando de dolor?, ¿Qué es eso que está saliendo de su cuerpo?, ¿Por qué no ve dejas ver?
—Por que hay cosas que no entenderás aun
— ¿Cómo esta, mami?
—Si, como esta, hijo, y también como por qué estoy hablando contigo si aún estas dentro de mi
— ¿Aun no nazco, mami?
—No, todavía no
— ¿Y te alegraras cuando lo haga?
—Por supuesto que lo hare, ¿Por qué lo preguntas?
—Por nada. Pero prométeme algo que harás después de que yo nazca.
—Si hijito, dime
—Ya no me mientas más