escuché que un amigo era mejor que un hermano... no sé, en verdad si esto es cierto... en ello estaba cuando sonó el teléfono. levanté el fono y escuché la voz de un amigo... me dijo que estaba mal, muy mal... quise colgar, no deseaba ganarme más molestias. mi amigo siguió hablando y hablando, al final me dijo que sentía mucho contarme sus cosas pero, en verdad no tenía a nadie con quien hablar... espero que cuelgue, pensé. bueno... nos vemos pronto, dijo. cuando quieras, respondí. colgó. ya estaba colgando cuando una angustia me mojó... qué me pasa, pensé. imágenes iban y venían, cuando vi un pedazo de un hombre cruzando a través de mi cuarto. temblé. caminé hasta el lugar en donde había estado aquella cosa, cuando una voz me dijo que no temiera... respiré con fuerza y en cada aliento la inseguridad se iba, mas y mas... ya más tranquilo anhelé hablar con nadie. iba a coger el teléfono, pero recordé a mi amigo. dejé el fono, como si quemara. allí me di cuenta que no tenía a nadie, que la amistad era de quien la sentía... me rasqué las orejas y ya en la cama, dormí...