Ella quiere su dinero, la redención no le importa, su traje no la cubre, no le gusta, le parece anticuado.
Ella acoge a los alpinistas entre sus valles y montañas, los deja caer y se convierte en su propio alpinista.
Ana. Su querer es no querer a nadie y quererlos a todos incluso sus otros.
Ella se come los corazones, los exprime, los acaricia, se los bebe y jamás los digiere.
Ella quiere su dinero, solo quiere su par de pesos, tu carmín no le interesa, no le atrae, no lo busca.
Ella es la ¨noche de lentejuelas¨, es la tela que le falta a las faldas, es las arrugas de tus sucias sabanas.
Ana quiere su dinero, es lo propio por las sabanas tristes, éxtasiantes sabanas, bacanales sabanas.
Ella es una copa, otra copa y muchos billetes, ella es cama equivocada y furtiva, ella es mariposa entre las sabanas.
Ana propiedad en alquiler. Nada personal…
Ana orgasmo de chocolate. Solo negocios…
Ana gemido fruncido de alma diluida. Comercial…
Ella. Ana, poema carente de poesía(¨pero capaz de producirla¨), historia posible de lo imposible, historia pérfida, podrida. Ana, es ella, mariposa entre las sabanas.
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