Bañare el alma con oro, al cabo el dinero compra la eternidad; olvidare que yo también lloro y que conozco lo que es morir de soledad.
Suprimiré toda alegría, aquella que no provenga de la materialidad, suprimiré todo sentimiento noble, todo aquel que me ponga al borde de ayudar a alguien más.
¡Sí! Me convertiré en un hombre moderno: educado pero inhumano, civilizado pero estéril, gentil pero ausente; ¡Sí! seré el hombre moderno aquel del que su dios es el dinero y el prime time, aquel que grita democracia mientras con la mano “derecha “hunde el puñal , si, seré el epitome de nuestra cultura aquél hombre-basura obsesionado con la posesión material .