tenía sangre en las manos dos veces pidió perdón a los muertos le escuché perdido a lo lejos corriendo tras la noche y sus luces moribundas... miré el centro de la vida el silencio nadaba sobre olas de alientos era hermoso cuando volví a respirar mientras el cielo aún brillaba...
Texto agregado el 24-04-2010, y leído por 174 visitantes. (1 voto)