Este tiempo de tempestades
que nos ha tocado pasar,
Esta linterna
que no sabe donde alumbrar,
Este desvarío de la razón
Con esta guitarra, que muda,
no quiere decir adiós.
Este invierno caluroso
con el sonido de tu voz,
esa voz
que sabe cómo romper un corazón,
esa playa, esas mañanas,
jugando a ser yo, a ser Dios.
Este trabalenguas, esas palabras,
que suenan a despedida
en la distancia del rio que se secó,
estos ojos que miran una mañana,
que no existe enana,
tan solo buscan como encajar
en este hilo que se deshiló.
Esa casa a la orilla del arroyo,
ese patio mudéjar
sin su fuente en ocho,
esos perros
que ladran sin haber nacido,
este cazador
que ha perdido el instinto.
Este vivir contigo
sin vivir en ti,
viviendo lo que vivo.
Valencia, 23 de Abril de 2010 |