LA NUEVA DROGA MILAGROSA:

Siete años después de la culminación de la luna artificial una nueva clase de trasbordador fue desarrollado. Su diseño de basaba en la moderna tecnología de propulsión, lo que le permitía ir y volver al planeta rojo en un tiempo récord de 8 meses. Una selecta tripulación proveniente de varias partes del mundo fue convocada para participar en el ambicioso proyecto. Tras una semana de intensos preparativos, el “Eterna” (nombre que se le dió a la nave) con toda su tripulación partió al espacio en medio de júbilo mundial y orgullo expectante de la GAM.

La misión del “Eterna” era el estudio del suelo marciano, en busca de posibles rastros de vida microscópica. En efecto, se encontraron bacterias y organismos unicelulares no muy desarrollados. Pero, además de todo eso, los astronautas del “Eterna” hicieron un hallazgo que marcaría la historia de la humanidad y centraría el interés de la comunidad científica mundial: En el interior de una caverna se hallaron unas plantas bastante primitivas, que sobrevivían increíblemente sin atmósfera o agua, en aquellas extrañas condiciones. Muchos de aquellos helechos fueron llevados a bordo de la nave, de regreso a la Tierra.

La GAM firmó un tratado autorizando a la primera potencia mundial de ese entonces a que estudiara la planta marciana, ya que esa era la única nación con el equipo tecnológico adecuado para hacer un análisis de aquellas proporciones. El mismo día del aterrizaje del “Eterna” (4 meses después) los estudios comenzaron.

Una semana más tarde los resultados indicaban que la plántula sobrevivía gracias a que se “alimentaba” de gérmenes, bacterias y virus presentes en la superficie marciana. Subsistía de ese modo, y no debido a la clorofila, la luz o los minerales del suelo o del agua, como sucede con las plantas de la Tierra.

En síntesis, el ADN de las células del la planta absorbía el ADN de los organismos que tuviesen un comportamiento como el de bacterias, virus y gérmenes, convirtiéndolos en nutrientes para su alimentación. De ese modo, los científicos aventuraron la teoría de que la planta podía aniquilar cualquier agente biológico maligno, es decir, podía aliviar cualquier enfermedad. Aunque era una suposición, la afirmación causó aún más interés.

Un mes más tarde se conocería la aprobación de la GAM para que se realizaran pruebas de los efectos de la planta con seres vivos, gracias al informe de los científicos describiendo el método de alimentación de esta. Aunque la autorización causó un poco de polémica puesto que las pruebas científicas con animales se habían evitado a toda costa desde hace mucho tiempo, una gran parte de la sociedad se convenció de que esa podía ser la llave del descubrimiento de la cura de muchas enfermedades incurables como el SIDA o el cáncer, que en esa época aún no tenían vacuna o remedio.

Los frutos de las pruebas inducidas en ratas, cerdos y simios no se hicieron esperar: Los científicos no se habían equivocado. La planta reaccionaba a los virus y las bacterias focos de infección y enfermedades, y los eliminaba, o mejor, se alimentaba de ellos, incluso con virus mortales, como el del SIDA. Desde la gripa hasta la viruela, pasando por el ébola, la hepatitis, la peligrosa Fiebre Roja y la espantosa Fiebre de La Locura, o fiebre esquizoidea. Igualmente los científicos se ilusionaban al examinar la planta, y creían que podía alimentarse también de ADN de células malignas, descompuestas, infecciosas o causantes de enfermedades, con la cual había una luz de esperanza para la cura de otros males como el cáncer, enfermedades genéticas o productos de mutaciones.

Días más tarde el planeta entero se encontraba a la espera de los resultados de nuevas pruebas con la planta, esta vez en forma de un preparado sintético, administrado a especimenes animales con las enfermedades más terribles de ese entonces. Los científicos habían tardado cerca de tres semanas en procesar la planta y convertirla en una droga inyectable. El “Eterna” fue alistado por segunda vez para un nuevo viaje a Marte, pues ya se proyectaba a futuro la producción en masa de la droga, y se necesitaría una mayor cantidad de plantas marcianas. Mientras tanto la humanidad aguardaba un resultado definitivo y positivo sobre las segundas pruebas.

Ocho días más tarde la asamblea general de la GAM anunció en un mensaje directo a todo el mundo que los animales enfermos usados para el experimento estaban curados por completo. La planta aliviaba cualquier tipo de enfermedad, mal o padecimiento, y hasta ahora no presentaba secuelas ni efectos secundarios. Ya estaba confirmado, sin embargo, por seguridad se haría un tercer análisis con las plantas que aún quedaban del primer viaje del “Eterna”. De cualquier modo se esperaba el regreso de la nave con su preciada carga.

Luego de ocho meses el “Eterna” regresaba a la Tierra. Los resultados del tercer análisis ya habían confirmado los anteriores. Ese mismo día la GAM aprobaba un proyecto titulado “Proyecto Panacea” con el objeto de iniciar el procesamiento controlado del preparado sintético extraído de la planta marciana, para que éste comenzara a ser distribuido en la sociedad. Así se podrían combatir las enfermedades de una vez por todas. Sólo se necesitaría una semana para que la “panacea” marciana fuera puesta en el mercado. Después de ese día la droga comenzaría a ser comercializada.

El problema empezó con el costo de la droga. El valor de la fabricación del compuesto, y su extracción, que implicaba los costosos viajes a Marte, hicieron que el precio del preparado sintético comenzara a subir en poco tiempo. En cuestión de días se hizo visible que la “panacea” era carísima, y la GAM intentó torpemente costear su producción y distribución.

Pasó medio año. La “panacea” seguía en auge, pero la GAM se reunía con más frecuencia para intentar resolver un grave problema: Tratar de no cobrar por el medicamento. El costo de fabricación de la droga seguía siendo desequilibrante para la economía de las naciones más poderosas, quienes la surtían gratuitamente a las micro-potencias (los países ex tercermundistas). Intentando desesperadamente no romper con sus políticas de ayuda internacional, cooperación a nivel económico, político y de desarrollo, y prestación gratuita de salud, las naciones más poderosas trataron de poner marcha un plan para poder cultivar las plantas en viveros especiales, aquí en la Tierra. Pero esta vez las predicciones de los científicos no fueron las más optimistas, tildaron la ardua tarea de “titánica”. No obstante, a pesar del pesimismo de los especialistas, se le dio luz verde al proyecto.

Los preparativos para el plan de cultivos requirieron mucha más inversión de parte de las súper-potencias. Primero que todo hubo que traer una gran cantidad de plantas. Para poder hacerlo con rapidez la GAM autorizó la construcción de un “Eterna II”, que no estuvo listo si no después de cuatro meses. Durante todo ese tiempo la cantidad de droga que se comercializaba fue drásticamente reducida, sólo para poder asegurar las existencias de plantas hasta que los trasbordadores regresaran con más insumos. Obviamente la sociedad protestó airadamente la medida, puesto que la “panacea” se había convertido en una novedosa cura, y así también en una excusa para la irresponsabilidad. La queja mundial creó algunos incidentes aislados, algunos disturbios y un poco de desórdenes en las micro-potencias. Aparte de todo eso, el viaje de los “Eterna” tardaría tan sólo seis meses, gracias a que se mejoró el sistema de propulsión, producto de una nueva gran inversión de dinero de la GAM. Así que el inicio del cultivo de las plantas marcianas comenzó con cuatro meses de retraso. Tras ese tiempo debían saber los resultados del experimento de vivero.
Sin embargo, cuando los resultados fueron dados a conocer al foro de la GAM, el pánico se apoderó de todos sus miembros. El informe revelaba que la “panacea” no podía ser cultivada en la Tierra, ya que, sin importar que los terrarios contuvieran suelo marciano, la planta no llegaba a una etapa lo suficientemente madura como para ser procesada, debido a las condiciones de atmósfera y presión presentes en el planeta.

El anuncio tomó en vilo al mundo. La asamblea de la GAM intenta encontrar una solución al problema. Tras discutirlo durante ocho horas la mayoría de los miembros (especialmente los dirigentes de las súper-potencias) se encuentran a favor de la idea de cobrar la droga al público. En ese momento los representantes de las naciones ex tercermundistas protestan eufóricamente, acusando a la GAM de tomar decisiones carentes de seriedad, de tener preferencias, de incumplir sus tratados y de no ser coherentes con sus acciones. No obstante, se autoriza el cobro del medicamento, debido a las condiciones de la votación. Un ambiente de resentimiento se comienza a sentir.

Una hora más tarde el anuncio a nivel global es transmitido por los medios de televisión. Rompiendo con las políticas de ayuda en salud sin ningún costo, la “panacea” sería cobrada a un precio módico. De inmediato algunas protestas se hacen sentir: Muchas calles son bloqueadas por gentíos alborotados, algunas sedes diplomáticas son atacadas, y varias tiendas saqueadas. Las muchedumbres airadas se enfrentan con la policía. Los disturbios dejan varios muertos, una gran cantidad de heridos y algunos daños materiales como resultado. La situación de orden público en las micro-potencias es de una tensa calma. Sin perder tiempo, la GAM intenta controlar la situación prometiendo el estudio de un proyecto en Marte para instalar una base científica para desarrollar el cultivo de la planta en masa, idea que jamás será llevada a cabo.

Mientras tanto, el “Eterna II” parte hacia el planeta rojo para seguir extrayendo más plantas.

Un año más tarde la situación no había mejorado mucho. Las dos naves “Eterna” iban y venían de y hacia Marte continuamente, pero el costo de lo viajes espaciales seguía siendo alto para las naciones más poderosas, de modo que se habían hecho algunos incrementos en el precio de la droga durante los últimos meses. Además, los estudios sobre los efectos de la droga en el cuerpo humano arrojaron nuevos resultados, esta vez decepcionantes: La “panacea” con el continuo uso y con el tiempo, sólo podía llegar a curar las enfermedades, no las erradicaba ya como antes, su uso como vacuna estaba acabando. Cada vez eran más los casos de personas que caían nuevamente enfermas después de haber usado la medicina, con lo que la demanda de ésta subía.

Tristemente el panorama empeoró. La continua exposición de uno de los astronautas del “Eterna II” a los gérmenes de Marte causó que cayera enfermo. Debido al origen del virus se remitió al contagiado a la nave, y se le trató con la droga hasta el regreso a la Tierra, donde se le mantuvo en observación. Con el paso del tiempo pareció mostrar mejoría, y al final pudo regresar a casa. Pero el agente infeccioso permanecía en su cuerpo, y al parecer las condiciones del planeta (clima, atmósfera) fortalecieron al microorganismo, llevándolo a convertirse en un letal virus. Pronto el cosmonauta empeoró y fue remitido a las instalaciones médicas del programa espacial. Pero el virus marciano era altamente contagioso aquí en la Tierra, y en unos días una gran parte del personal médico a cargo del paciente estaba enferma sin saberlo, a pesar de todas las precauciones que se tuvieron. Al cabo de dos días de espantoso sufrimiento y síntomas horrendos el “paciente cero” murió, al mismo tiempo que su médico caía convaleciente. La alerta de epidemia fue declarada, pero ya era tarde. Las familias de los primeros contagiados estaban ya enfermas, y después de eso sólo fue cuestión de días para que media ciudad estuviese infectada y propagando el virus hacia todas partes.

En un mes 50.000 personas de la primera ciudad en reportar el contagio ya habían fallecido. La plaga estaba ya en otros países, y continuaba su dispersión por todo el mundo. Las produccion de “panacea” se incrementó, pero fue en vano, pues la planta no consumía el ADN del virus extraterrestre en su totalidad. La humanidad entró en pánico.

Fue terrible. No podía saberse con certeza quién estaba infectado hasta que presentara los síntomas. Después de eso, la muerte le sobrevenía al enfermo en cinco o seis días. Sólo uno de cada un millón de contagiados no desarrollaba los síntomas, creando una especie de inmunidad, gracias a los anticuerpos que su sangre producía. La población mundial fue atacada en masa. Ciudades enteras fueron arrasadas. Más de la mitad de los seres humanos murieron. Los disturbios y desórdenes fueron casi diarios, pues muchos protestaban en contra de los gobiernos y de la GAM por no tener una cura efectiva en contra del virus marciano. Fueron tres meses de muerte y desolación, tres meses en los cuales muchísimos cadáveres tenían que ser quemados en plena calle por los demás contagiados vivos que aún quedaban, ya que no había manera de deshacerse de ellos. Tres meses en los que muchas ciudades parecían abandonadas por sus habitantes porque todos habían perecido. Tres meses hasta que la cura fue descubierta, combinando la “panacea”con anticuerpos de los portadores que no habían presentado síntomas.

Pero, a pesar de la nueva cura, las cosas no fueron mejor. El costo de refinamiento de la “Nueva Panacea” era mucho más costoso que antes, y la GAM ya no pudo distribuirla de manera gratuita a las micro-potencias. Cuando se aprobó el proyecto de cobrar la medicina a éstos países (los únicos a favor de la medida fueron las súper-potencias, que eran mayoría) los dirigentes de las naciones afectadas denunciaron públicamente una persecución por parte de la GAM. Tras semanas de discusiones y reyertas en la asamblea las micro-potencias anunciaron su dimisión del concejo de la Alianza, claramente disgustados. En un arranque de prepotencia y autoritarismo las súper-potencias amenazaron con cerrar el mercado de la medicina a las naciones ex tercermundistas si llegaban a separarse del concejo.

En ese punto estalló la guerra...