Estoy agotado, jubilado y sin ganas de vivir.
Estoy tuerto e inválido, por culpa de un chofer ebrio.
Todos los días veo mi entorno sin poder moverme, me siento viejo.
Nadie se me acerca, estoy sucio y mi corazón oxidado.
Estoy pensando seriamente en la eutanasia, pero nadie me presta atención.
Soy invisible, inservible, no más que un viejo y deteriorado auto chocado.
Texto agregado el 23-04-2010, y leído por 98
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Lectores Opinan
24-04-2010
triste reflexion pero si la mente esta lucida aun hay mucho que hacer Rocxy
23-04-2010
Es una severa realidad, pero siempre puede haber una luz de esperanza. tequendama
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