Eres enigmática, te crees graciosa
te atreves a infundir miedo
eso es lo que crees.
No sabes que he dejado de temerte
dicen por allí que hay un tiempo para amar
y que también hay otro para odiar.
Sin embargo dejémonos de pasiones
al final me iré cuando lo decidas
en mi no hay libertad de doblar
ese brazo que me quiere transgredir.
En cualquier circunstancia por opaca que ella sea
solo una mirada tuya bastara para esfumarme,
debo expresarte que basta de sandeces,
eres la novia que siempre quise tener
precisa como el frío, un poco frígida y soez
tal vez divina cuando sonríes,
con ese donaire de triunfar hasta en la inmundicia de una mente poseída por sarcasmos vencedores.
Total dama nocturna, por ir buscando un pecado
olvidado en aquella iglesia desierta, tengo
lo que tu ansías: una pequeña y vana mortalidad.
Mientras tanto tu risa es repetitiva, no puedes disfrazar errores, restricciones e inquietudes.
Lo que cuenta es que he dejado de ser tu admirador, tendrás que seducirme de nuevo y ofrendar tus mejillas cuando tenga ganas de besarte...por ahora será irreverente pensar en desamor.