Cuando pronuncio las notas
suaves de tu nombre,
ahí estás tú, para endulzar
mis labios de tu miel.
En mis tormentas.
en el alba, en primavera,
ahí estás tú, para
llenarme de besos.
Donde se acaban los sueños,
ahí estás tú, para traerlos de nuevo,
donde se acaba la calma,
ahí estás tú, para completar mi paz.
En el claro de luna,
en las noches frías,
ahí estás tú, para
recordarme un suspiro.
Ahí estás tú, llenando mis horas
príncipe de mis cuentos
ahí estás tú, trayendo tu sol
para iluminar mis días.
Cuando mis ojos húmedos
a punto de explotar en llanto,
ahí estás tú con un beso
para doblegar todas mis tristezas.
Desde lejos estás, pero te siento,
aunque no puedas venir,
ahí estás tú, en mi pensamiento
para llenar mis espacios de recuerdos |