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ENGAÑADO POR PONZI (Y MADOFF)
COMO BERNARD MADOFF SE LLEVO MI DINERO
(How Bernard Madoff Made Off with My Money) 1 era parte
Por Stephen Greenspan
Traducido por Brios
N. del T. El artículo siguiente me llamó mucho la atención por la profundidad con que trata el asunto de la estafa, pero al mismo tiempo el buen humor. Lo escribió una víctima del célebre Madoff, se me hizo raro que no hubiera versión en español y por eso aquí está la primera parte.


Hay pocas áreas de funcionamiento en la vida donde el escepticismo es más importante que en aquellas orientadas a asegurar y la vida y su calidad. Aún la gente educada e inteligente, incluso aquellos que saben de finanzas o tienen otros conocimientos, han sido arruinados por confiar en esquemas que han sido altamente dudosos y frecuentemente descritos como fraudulentos. El más dramático ejemplo de esto ocurrido en la historia americana es el recientemente anunciado que fuera operado por el apreciado manejador de fondos y antiguo presidente de Nasdaq, Bernard Madoff quien ya ha aceptado que durante años defraudó por al menos 50 billones de dólares a grandes inversionistas, organizaciones de caridad y otras instituciones, mediante un sofisticado esquema Ponzi.

En mi nuevo libro “Anales de la credulidad”, analizo el tópico de las estafas financieras junto otras numerosas formas de credulidad, incluyendo las que se han dado en situaciones de guerra (el caballo de Troya), política (WMDS en Irak), relaciones (seducción sexual), ciencia patológica (Cold confusion), religión (ciencia cristiana), servicios humanos (comunicación facilitada) y remedios médicos (homeopatía). Aunque la credulidad ha sido de interés en obras de ficción (Otelo, Pinocho), documentos religiosos (Adam y Eva, Samsom) y fábulas populares (El traje nuevo del rey, La caperucita roja), ha sido ignorada por los científicos sociales. Ha habido pocos libros que se han enfocado a detallar aspectos específicos de la credulidad, uno de ellos fue el libro clásico de Charles Mackey del siglo 19, “La extraordinaria ilusión popular y la locura de masas”, donde trata como la más importante de sus referencias el caso de la Tulipanmanía, periodo en el que los ricos alemanes llegaban a negociar hasta casas a cambio de uno o dos botones de tulipanes. En anales de la credulidad, propuse una teoría multidimensional que permitiera explicar porque tanta gente cree de tal manera cosas increíbles incluso sabiendo que queda expuesta a severos y previsibles riesgos. Esto me incluye, puesto que perdí un buen pedazo de mi retiro para dárselo a Mr. Madoff, así que de lo que escribo hay mucho a nivel personal.
Esquemas Ponzi y otras manías y fraudes de inversión
Aunque mi atención va sobre todo a los esquemas Ponzi, haré una breve revisión sobre el tópico de las manías de inversión (tales como la burbuja dot.com) y otras formas de fraudes financieros (como las estafas de herencias). Esto es porque estos involucran el aprovechamiento de la credulidad del inversor y por ello pueden ser explicadas con base en el mismo marco teórico.

Un esquema Ponzi es un fraude donde el dinero invertido es puesto por el financiero y los inversores, el primero para amortizar su dinero paga las contraprestaciones realmente por procesos a partir del dinero que proporcionan los nuevos inversores en vez de los rendimientos del mismo dinero. Tanto las viejas como las nuevas inversiones están expandiéndose a buenas tasas por lo que el planeador puede llevar lejos la estafa mientras sigan llegando más inversores y que sus montos permitan pagar lo prometido.

Las inversiones comienzan a contratarse, hasta que una huye, entonces el castillo de naipes rápidamente se colapsará. Es lo que ocurrió con la estafa Madoff cuando muchos inversionistas –necesitando efectivo por el cataclismo a finales de 2008, trataron de amortizar sus fondos, Madoff no pudo cumplir las demandas y la estafa quedó expuesta cuando el manager no pudo pagar.

El nombre del esquema proviene de Charles Ponzi, un inmigrante italiano llegado a Boston, quien en 1920 tuvo la idea de prometer jugosos rendimientos, 50% en 45 días, bajo el supuesto de un plan de compra en un mercado y venta en otro involucrando cupones postales internacionales. Los beneficios provenían presuntamente de las diferencias de tasas de venta entre el país de origen y destino (donde serían obtenidas). La trama resultó y Ponzi se embolsó muchos millones de dólares mayoritariamente de inmigrantes italianos comunes de Nueva Inglaterra y Nueva Jersey. El esquema se colapsó cuando diversos artículos periodísticos comenzaron a cuestionarlo (apuntando por ejemplo que no podía haber tal cantidad de cupones en circulación) y la huida comenzó.

El mecanismo básico que explica el “éxito” de los esquemas Ponzi es la tendencia de los humanos a modelar sus acciones (especialmente cuando se trata de materias que no son completamente comprendidas) a partir del comportamiento de otros humanos. Este mecanismo ha sido llamado “exhuberancia racional”, una frase atribuida al antiguo jefe de la Fed de EU, Alan Greenspan (que no es mi pariente) pero que realmente acuñó otro economista llamado Robert Schiller en un libro con el mismo título. Schiller emplea una explicación socio sicológica que el llama “la teoría del loop retroalimentatorio de burbujas de inversión”. Simplemente establece el hecho de que mucha gente parece obtener grandes beneficios con una inversión, y platica a otros sobre su buena fortuna, esto la hace parecer la inversión segura y buena para ser llevada a cabo. En palabras de Schiller el hecho de que “otros han hecho mucho dinero parece a mucha gente como la mejor evidencia para apoyar las inversiones asociadas con el esquema ponzi –evidencia que sobrepasa aun los argumentos más cuidadosamente razonados en contra.

Según el punto de vista de Schiller, que todas las inversiones exploten aun aquellas no fraudulentas, puede ser explicado por esta teoría. Dos modernos ejemplos del fenómeno son la burbuja de la actividad inmobiliaria japonesa de 1980 y la burbuja del caso americano Dot.com de 1990. Dos predecesores del siglo 18 fueron la Mississippi manía en Francia y la burbuja South Sea en Inglaterra, así como para la idea de progreso humano. En todos estos casos el asunto que sostiene a la manía es el pensamiento “cuando muchos miembros dirigentes de la sociedad creen y parecen probar el curso de una acción, ¿como puede ser posible que sea riesgosa o peligrosa?”.

Una forma de inversión fraudulenta que también tiene una estructura similar al esquema Ponzi es la estafa de herencias, en la cual, un supuesto heredero de una gran fortuna solicita inversiones de de corto plazo a fin de poner en regla algunas dificultades legales alrededor de la herencia. A cambio de la inversión, al inversor se le promete una enorme ganancia. La inversión mejor conocida de este fraude involucra el uso de Internet y es conocida como la “estafa 419” debido a que este es el número de código penal que refiere al delito de estafa en Nigeria, y es el país de origen de donde provienen los mensajes por email que buscan este tipo de engaño. La estafa 419 difiere de un sistema Ponzi en que no hay alguna presión social de por medio, sobre tener amigos que se volverán ricos. En vez de eso, la única “presión social” proviene de un corresponsal desconocido quien siempre usa un alias. Así, en una estafa 419 otros factores tales como la sicopatología o la extrema inocencia, probablemente explica el comportamiento crédulo como puede ser apreciado en el perfil de las víctimas muy confiadas, apodadas “los perfectos mark”.

Dos versiones históricas de fraude de herencia que son iguales al escándalo Madoff en cuanto a su extendido éxito público, y que muestran igualmente el proceso de retroalimentación, ocurrieron, una, en Francia entre 1880 y 1890, y la otra, en el oeste americano entre 1920 y 1930. La estafa francesa fue perpretada por un talentoso embaucador llamado Therese Humbert, quien clamaba ser el heredero de la fortuna de un rico americano llamado Robert Henry Crawford, que pedía ayuda para mostrarle gratitud a su enfermera por regresarle la salud luego de que sufriera un ataque al corazón a bordo de un tren. La herencia tenía que ser asegurada en resguardo por unos años hasta que la hermana menor de Humbert fuera lo suficientemente grande para tomar matrimonio con uno de los sobrinos de Crawford. A mediano plazo, los líderes de la sociedad francesa fueron enganchados en el trato y sus inversiones (incluyendo a una condesa que donó su castillo) hicieron posible a Humbert –quien ordeñó este esquema por 20 años- vivir con un alto estilo. El éxito de este fraude que en Francia fue descrito como “el mayor escándalo del siglo” fue continuado por el suegro de Humbert, jurista y respetado político de la tercera república francesa y tranquilizó públicamente a los inversionistas, quienes incluían a la crema de la sociedad francesa.

La versión americana del fraude de herencia fue perpretado por un chico granjero de Illinois llamado Oscar Hartzell. Mientras que las víctimas de Humbert fueron una docena de extremadamente ricos y cultos aristócratas franceses, Hartzell timo alrededor de100,000 relativamente iletrados granjeros y tendajeros a lo largo del corazón de la tierra americana. La paga básica –como fue descrita por Jay Robert Nash y Richard Ravner – fue que el marino inglés, Sir Francis Drake, había muerto sin descendencia, pero que una herencia había sido recientemente localizada (en una versión se hablaba del campanario de una iglesia como sitio de muerte). El heredero según la ley, quien ahora decía tener billones (provenientes del valor acumulado cuando Drake era saqueador de la marina española) fue un coronel Drexel Drake en Londres. Como el coronel estaba a punto de casarse con su extremadamente bella sobrina, él no estaba interesado en las posesiones, las cuales necesitaban algunas adjudicaciones y procesos legales que volvían su interés sobre Hartzell, quien ahora se refería a si mismo como Barón Bukland. El esquema Drake trajo un movimiento social conocido como los Drakers (más tarde renombrado como Los Donadores). Enteras iglesias y grupos de amigos, algunos de los cuales planearían y fundarían comunas utópicas con la recaudación esperada- se reunían a leer la mayor parte de las cartas de Hartzell de Londres. Harzell era eventualmente indiciado como fraudulento y llevó un juicio en Iowa, mientras se daban grandes protestas encabezadas por sus cientos de leales inversores.

Trauner noto que “había comenzado como una especulación había convertido en una causa leal”.
Una teoría de inversión multidimencional y otras formas de credulidad.

Mientras que los loops de retroalimentación social contribuyen fundamentalmente para entender el éxito de un esquema Ponzi y otras manías financieras, también se necesita mirar a los factores localizados en los inocentones por si mismos, que podrían explicar porque ellos se sienten presa de la presión social mientras que otros no. Hay cuatro factores en mi modelo explicativo el cual puede ser usado para entender los actos de credulidad pero también otras formas que llamo “acción tonta”. Un acto tonto o estúpido es uno en el cual alguien se aventura con comportamiento socialmente o sicológicamente riesgoso en espera de signos de peligro o cuestiones no resueltas, las cuales podrían ser fuente de incumbencia para el actor. La credulidad es un subtipo de acción estúpida, la cual podría ser “inducida socialmente”. Es inducida porque siempre ocurre en la presencia de presión de una o más personas. La imprudencia o estupidez social se pueden tomar como una forma no inducida, como cuando alguien dice una broma muy inapropiada que causa que una entrevista de trabajo o venta llegue a su fin de manera no exitosa. La tontería también puede ser de forma práctica, como cuando alguien prende un cigarro en un auto cerrado con una lata de gasolina en la parte del asiento trasero y termina incinerándose a si mismo. Como se nota, los mismos cuatro factores pueden ser usados para explicar los actos estúpidos, pero en el resto de este documento los uso para explicar sólo los esquemas Ponzi y particularmente la debacle Madoff.

Los cuatro factores son situación, conocimiento, personalidad y emoción. Obviamente, los individuos difieren en la importancia que tiene para ellos cada factor sobre cualquier acto incrédulo o ingenuo. Mientras yo creo que los cuatro factores contribuyeron sobre mí en la mayoría de decisiones que tomé para invertir en el esquema Madoff, en algunos casos de personalidad podría ser que la emoción tuviera un mayor peso y así. Como mencione, yo fui un participante y victima de la estafa Madoff, y tenía muy buen entendimiento de los factores que me causaban el comportamiento irreflexivo. Así que yo uso mi propio caso para ilustrar como aun siendo educado (soy un profesor universitario) y relativamente inteligente así como experto en credulidad y estafa financiera pude caer presa de estafadores como Madoff.

Situaciones
Cada acto crédulo ocurre en un particular microcontexto en el cual un individuo es presentado con un reto social que el debe resolver. En el caso de una decisión financiera el reto es típicamente la disyuntiva de aprobar o no una decisión de inversión que es presentada como benigna pero que podría poseer severos riesgos, o de otro modo no seria de tu mejor interés. Asumiendo (como con la estafa Madoff) que la decisión a proceder podría ser un verdadero riesgo y un acto idiota, un comportamiento crédulo es mas probable que ocurra si la situación de presión social y otras son fuertes, y su probabilidad de ocurrencia es menor si son débiles o son balanceadas por compensación de presiones.
La estafa Madoff implicaba una presión de retroalimentación social muy fuerte, casi como a lo que llegó como cultura de donación todo lo referente al rededor del fraude de herencia de Drake. Un diciembre 15 de 2008 el New York Times describió como ricos jubilados en Florida se unieron al Country Club de Madoff por la única razón de tener una oportunidad de conocerlo socialmente y ser invitados a invertir directamente con él. La mayoría de esos inversores, así como las ventas representativas de Madoff, eran de origen judío y aparecía que el esquema Madof era visto como el lugar seguro para poner los nidos de huevos. El hecho que Madoff era un prominente judío filantrópico fue sin duda otra situación que contribuyo a que fuera visto como alguien que era totalmente improbable de estafar a sus camaradas judíos y organizaciones, muchas de las cuales ya cerraron sus puertas.
Un aspecto situacional no social que contribuyó a xxxx fuer paradójicamente que Madoff prometia más bien modestas que espectaculares gnancias. Inversores sofisticados podrían haber sido altamente suspicaces ante una promesa de ganancias espectaculares como aquellas que promerió casi 100 años atrás Charles Ponsi. Así, una gran parte del éxito de Madoff viene del reconocimiento de que inversores ricos iban por pequeños pero seguros retornnos, suficientemente altos para ser atractivos pero suficientemente bajos para no levantar suspicacia. Esto fue en efecto una de las cosas que me atrajó del esquema Madoff, como si yo estuviera buscando inversiones no volátiles que pudieran posibilitarme de construir gradualmente riqueza.

Texto agregado el 20-04-2010, y leído por 166 visitantes. (2 votos)


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