Repeticiones recurrentes.
La calma no puede durar mucho.
El alma solo espera que el ciclo
siga su camino.

Época de bonanza.
Júbilo de la temporada.
Celebración, canto, danza.
Pero sin esperar todo se acaba.

Preparados a veces
no nos encontramos.
Surcamos veredas y lagos
buscando lo paradisiaco.

Las nubes siempre
nos asechan, aguardan
aun en esta primavera.

El sol desaparece,
el frío nuestros cuerpos
sin piedad nos estremece.

La tormenta llegó,
su aparición a los dos
nos sorprendió.

Mi refugió, esta vez
no funciono.
Las paredes agrietadas,
esperanza derrumba.

Un puñal cada gota
derramada, atraviesa
el mediastino de mi alma

Hacer que pare, no puedo
todo se queda en un
vago intento, el fracaso
esta en el viento.

Ahogado me encuentro,
entre el agua y sal que
emanan de tu cuerpo.

No llores más,
que inundas el valle
del silencio.