Lo mío es mío, lo tuyo es tuyo, y para que yo piense en compartir contigo, debe cruzar por mi cabeza la idea clara del beneficio que obtengo. En esta secuencia de conveniencias, nadie gana nadie pierde.
Hagamos un trato que beneficie a ambos.
Duro de pensar, porque en el momento que lees mi planteamiento, cruza por tu mente la pregunta inconsciente: ¿Cuál es el beneficio que él obtiene al hacer esta propuesta?. Acto seguido, y sólo después de tu primer cuestionamiento, te preguntas cual sería el beneficio tuyo en esto.
Así funcionamos, mezquinamente, humanamente.
Ahora bien, así funcionamos tu y yo, la masa es otra cosa, se dejan llevar por ofertas baratamente implantadas, engaños bien dibujados, promociones asquerosamente engañosas.
Y donde queda, me pregunto, la humanidad que nos debería inundar?, hay algo en nosotros aparte de jugar al ganar ganar?.
Aún no me lo respondo y estoy en la búsqueda de esa respuesta primordial, para mi propio beneficio.
020709 20:02 |