dicen que la energía no se crea ni se destruye, se transforma... si es así, espero seguir en la línea que me han dejado mis parientes, que no saben de dónde han salido ni hacia dónde se irán... eran las doce del medio día cuando del cielo bajaron cinco palomas, todas del mismo tamaño, color y forma de volar... una de ellas empezó a acercárseme... ¿qué querrá?, pensaba. de pronto las otras cuatro le siguieron como si fueran soldaditos, una detrás de la otra hasta llegar a mis pies... ¿sabes volar?, me preguntó una de ellas, la que estaba más cerca. le dije que no. sería bello hacerlo, le dije. ven con nosotros, me dijo. le hice caso y me encaminé hacia ellos. caminamos y caminamos hasta llegar a un circo. ellos siguieron caminando hasta llegar a entrar al circo. un señor vestido de negro las recibió, pero cuando llegué yo, este se puso en mi delante y me miró a los ojos, como preguntando qué era lo que quería. es un amigo, dijo la paloma. el tipo de negro sonrió y me hizo pasar. continué mi camino junto a las palomas hasta llegar a una especie de jaula en donde había cientos de palomas que revoloteaban por cada rincón de la jaula. entra, me dijo la paloma. todo el mundo me miraba, en total silencio. voy a entrar, pensé. entré y apenas di un paso dentro de la jaula, que no era muy grande pero lo suficiente como para que yo entré, todas las palomas me rodearon, como si quisieran jugar conmigo. mira, decía uno de ellos, no tiene alas y es tan grande... sus ojos están de un solo lado, dijo el otro... luego todos siguieron hablando y hablando hasta sentir que algo raro me ocurría. miré mis manos y noté que una que otra pluma empezaba a brotar, como si fueran plantas... de pronto, me vino un sueño tremendo, caí y el cielo empezó a dar vueltas y vueltas... los ojos se me cerraron y quedé profundamente dentro de un sueño llenos de plumas y aves... ¡mas aves!, pensé en mi sueño. cuando abrí los ojos estaba en un valle, hermoso, parado en un árbol, lleno de aves, esperando las manos finas de la brisa para empezar a volar... me llegó al alma la brisa y me lancé hacia un mar de dicha y plenitud... volaba y volaba y cuando las luces del cielo brillaban, alzaba los ojos y sentía el más bellos de todos los dolores... seguí en mi camino hasta que llegaba la oscuridad y con ella, el sueño mas hermoso, y el mas corto... y en ese instante me pregunté si la energía se transformaba, si un sueño era la espalda de la realidad, o al revés…
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