Y después de una noche de pasión, las dos acostadas, y ella con cara de satisfacción y tú con los ojos abiertos entre la oscuridad de un cuarto, pensando en que ya nada será igual y como escapar a donde nadie te conozca.
Después de unas horas en la madrugada estas a punto de irte, ella pone su brazo sobre tu cuello y te susurra al oído "fue maravilloso". A lo que tú con tus ojos llorosos, no eres capaz de dejarla, te entra un pánico y no puedes volver la mirada la volteas a ver bajas la mirada y le devuelves una sonrisa, sus manos temblorosas rosan tu mejilla mientras limpia tus lagrimas, mira una gotita que recorre su dedo, besa tus ojos y dice -esa lagrima es dulce como tú, pero amarga a la vez- No sabes que decir, solo están tus ojos perdidos en las sombras mirando un rincón del cuarto de hotel a donde te llevó, una luz alumbra todo, y el humo de un cigarrillo barato, inunda la habitación, -te puedes ir-, susurra, -no te puedo obligar a estar conmigo-
Ella se viste mientras revisa su bolso, tiene unos billetes en la mano, tú la miras y ves sus manos y los billetes, no lo puedes creer, -que pasa quien se cree- -la odio maldita vieja- te levantas tomas tu ropa te empiezas a cambiar y ella en voz baja entre cortada -no... No te vayas, no entiendes, no quiero estar sola, solo es para que tomes un taxi a tu casa, yo me quedare aquí, no te llamare, no molestare no más. . .
Tomas el dinero y sales, huyes, queriendo olvidar todo. La madrugada pasa fugas mientras en el taxi ves como atraviesan la Cd, llegas a tu casa, está todo igual a como lo dejaste hace unas horas antes, tratas de dormir y nada, no te puedes sacar su rostro de tu pensamiento, y suena el despertador te bañas, te alistas para irte a tu oficina sales corriendo como es tu costumbre mientras pasas por los torniquetes del metro "grafico" "graficoooo" miras al pobre cuate que vende los diarios y ves la noticia "amarillista como siempre" piensas, volteas a mirar la portada una sabana cubre un cuerpo, solo una mano se aprecia, arrugada con manchas, un cigarrillo en la mano una cortada profunda atraviesa su muñeca, se voltea el vendedor y se va a otro lado, sigues tu camino "nada paso anoche no eras tú la que fue al hotel".
inspirado en una aventura de mi amiga Aura, a quien se lo dedico. |