tenía la cara recién afeitada cuando, mirándome al espejo, advertí una mancha roja, casi como un pequeño salpuido, en centro de mi gran nariz... me rasqué y nada, no desaparecía, mas bien me empezó a picar... busqué una pomada que aliviase mi preocupación pues, dolor, no era para tanto... encontré una pomada que decía algo, pero estaba en chino, pero como vi una nariz en la etiqueta, me lo eché... puse un parche sobre la mancha y salí a la calle... estaba en un pequeño café cuando me dio ganas de un pastel. lo pedí. me lo comí y cuando estaba pagando, la señorita que estaba en caja me dijo que mi parche estaba cambiando de color al rojo... pedí un baño y fui directo hacia el espejo. efectivamente, el parche estaba rojo, aun mojado, como si estuviera sangrando. me lo saqué y pude ver que la manchita se había convertido en un chupo, feo y rojo como la sangre, en carne viva diría yo, húmeda... me lo toqué y mi dedo quedó rojo en el lugar en que toqué. salí del lugar y fui hacia el médico. estaba en la puerta de la clínica cuando un enfermero, o un tipo de los que trabajaban me dijo que tenía la nariz en carne viva. era raro porque no me ardía. entré y pedí una cita con el dermatólogo... pasaron las hora y hasta que a la sexta entré donde el médico. este me examinó y me dijo que no tenía nada... ¿pero y la machita?, pregunté. eso es para siempre, respondió. me extrañó su respuesta pero aún mas me extrañé cuando vi que se sacaba sus guantes blancos para mostrarme que estaban del mismo color que mi nariz... le miré a los ojos y estos empezaron a volverse rojos, y mas rojos, luego, este empezó a reír sin parar... salí corriendo, mientras toda la gente que laboraba en la clínica mostraba sus manos rojos, sus narices rojas y sus ojos del mismo color.... y estos, no dejaban de reír y reír... llegué a mi casa y me miré al espejo y lo que vi fue todo rojo, incluido el color del cielo...