Regreso a las palabras
y se me alivia, parece el alma.

Me muero de risa amarrada
con llanto cuando te imagino,
cuando sin saberlo
voy en este mundo de a dos y de a tres,
(a dedo en ese tren de plástico de los niños pobres
de esta tierra maldita
que se quedó sin iglesias
y la tierra ahoga los gritos)

Este mundo de los otros
que parece ser incierto
y puedo a ratos alcanzarlo
con las puntas de mis dedos largos
que no saben tocar piano,
pero escriben en los teclados,
porque ya olvidaron la caligrafía
de esa escuela que no existe
y que se me aparece en sueños,
que ahora son terremotos
y una tristeza honda
llena de escombros y silencios.


Yo nunca tuve zapatillas
porque me criaron como pudo mi madre
a la orilla del fuego con aromas de ternuras
y yo siempre lejos,
como la muchacha de Dalí
y musa de poetas idiotas
que sólo quieren sembrar a lazos lo que nunca quise.

Regreso a la palabra Erebo
y se me asoma la risa
y la imagino caminando
por túneles que sólo nosotros conocemos.

Las tres somos abrazo
llevamos máscaras
con nombres raros
inventados por otros
y soltamos la risa por las calles de Santiago
y tenemos memoria de granizos,
de horarios que nadie entiende
y que apenas nos importa un carajo
porque pa’eso somos las tres
y curiosamente las dos se nombran iguales
y si me apuran, bichitas,
el mago de la voz extraña,
también tienen nombre de ángel cabrón,
que se asoma por ahí, sin permiso.

A ver qué pasará cuando suenen las trompetas
Y se rompan los siete sellos
Y los candelabros se apaguen
Y a tranco abierto corran
Como animales los siete de todos
y los jinetes malditos?

A ver, quién me lo explica?

Nosotras a jugar, Gabas de mi vida
Que la risa está de colores este domingo.

FATAMORGANA
Patricia Lara Arriagada