- Ya viene, ¡ya viene!
El hombre corría por la sala con nerviosismo sin saber a
dónde o a quién dirigirse. Era un momento realmente especial,
pero no sólo para él, sino para todos, que se alborotaron con
la noticia del inminente nacimiento. Un joven de bata blanca y gafas de
pasta interrumpió su frenética marcha.
- ¿Y ya tiene nombre?
Se detuvo en el acto. No se había parado a pensar en ello. Tal era
la preocupación y el deseo de verla, que había olvidado que
necesitaba algo tan básico como un nombre.
- No, aún no lo hemos decidido -, apuntó, rascándose
la barbilla-. Supongo que lo sabré cuando la vea.
- Hay que tener en cuenta que no es cosa de decidir a las apuradas… El
nombre que se elija para ella será el que la acompañe toda su
vida, por el que será reconocida y recordada.
- Lo sé, no te preocupes -, tranquilizó el interpelado -. Ya
se me ocurrirá alguno que le venga bien.
Llegó el esperado momento. Todos estaban expectantes. Maravillados,
observaron cómo llegaba, desnuda, exultante de luz en una
explosión de vida que no podría ser comparada a ninguna otra
cosa conocida. Era lo más maravilloso que habían visto nunca.
Era tan hermosa… Durante varios minutos, la sala se vio sumida en un
intenso silencio, fruto de la conmoción de asistir a aquel momento
histórico. Contuvieron la respiración; temían perderla
más que nada en el mundo, y era tan necesaria que no
soportarían que muriera ante sus ojos al momento de nacer. Poco a
poco, la vieron estabilizarse, surgir como de la nada. Un milagro, sin
duda, el que acababan de presenciar. Estaba claro que era única, y
esta vez, tenían muy presente que debían cuidarla y
protegerla como el tesoro que era. Sólo necesitaba un nombre que
hiciera justicia a su belleza e importancia.
- Apolo… -, musitó sobrecogido el hombre que hacía pocos
minutos apremiaba a sus compañeros –. Ha de llamarse Apolo.
Los presentes asintieron satisfechos.
El mundo conoció su nombre y celebró su llegada.
No era para menos.
Después de siglos de tinieblas, la estrella Apolo
reemplazaría al extinto Sol.
|