un grito desesperado a que las autoridades y las personas que juran mantener la salud de las personas hagan su trabajo adecuadamente!!
Un relato con el que esperamos que las personas tomen un poquito de conciencia y que las autoridades correspondientes hagan justicia a lo ocurrido, y un recordatorio tanto para los que ya son medicos y para los que esperan serlo, jamás olviden su juramento!! siempre piensen en la calidad de vida de sus pacientes!!



A quien corresponda:

Este relato comienza el viernes 12 de Marzo de 2010 cuando mi papá, J. Jesús Flores Murillo, presentó un dolor muy intenso en la pierna izquierda (su única extremidad inferior), mismo que abarcaba de la rodilla hacia abajo, por lo que el sábado 13 de Marzo de 2010 acudió al área de urgencias del ISSSTE (ubicado en la Ave. Universidad y Américas en la cuidad de Chihuahua) alrededor de las 3pm, estando ahí tomaron muestras de orina y de sangre concluyendo que el dolor se debía a la mala circulación y el frío, le suministraron una inyección de Ketorolaco y lo enviaron a casa alrededor de las 7pm sin ninguna otra indicación, simplemente que siguiera con el tratamiento que su médico le indicó anteriormente. El dolor no disminuyó en los días posteriores.

El miércoles 17 de Marzo de 2010 en la mañana tuvo cita en el laboratorio para toma de muestras, previas a su cita con el nefrólogo, y estando ahí nuevamente acudió al área de urgencias con más síntomas, es decir, ya no solo tenia mucho dolor sino que también tenia un color violáceo y temperatura considerablemente baja en el pie, volvieron a suministrarle Ketorolaco y le dieron ínter-cita con el angiólogo para ese mismo día a las 3pm. Volvimos a las 3pm y el angiólogo, el Dr. Omar Hernández Hurtado, se presentó pasadas las 6pm al parecer muy “apurado”, por lo que la consulta no duró más de 2 minutos y cito las palabras del doctor: “Ese pie se ve muy mal, es por el cigarro y se tiene que cortar, voy a solicitar un estudio para ver si tiene alguna posibilidad, por lo pronto se queda internado”. Esa fue la única vez que el doctor Omar Hernández Hurtado vio a mi papá.

Esa fue la primera noche que pasó internado en el ISSSTE. La mañana siguiente, el jueves 18 de Marzo de 2010, acudí a preguntar en la estación de enfermeras (os) que estudios tenía programados mi papá y le contestaron que solo le harían estudios pre-operatorios, es decir, que no tenían ninguna indicación de parte del médico para hacer algún estudio de diagnóstico. De tal manera que solicite hablar con el Dr. Juan De Dios Ochoa para preguntar si podíamos pedir una segunda opinión, el Dr. Ochoa amablemente me explicó que el Dr. Hernández es el único angiólogo del hospital, y que si nuestra intención era llevar un médico particular no existía ningún problema, siempre y cuando éste no modificara de alguna manera el expediente, y que estuviéramos concientes de que el Dr. Hernández se podía “molestar” y dejar de atenderlo (lo cual resulta un poco, o más bien nada ético) por lo que por lo que por mi parte solicite que se le notificara al Dr. Hernández para que, de ser su voluntad, estuviera presente durante la consulta del médico particular que elegimos. El Dr. Hernández no se presentó, y reitero, jamás volvió a ver a mi papá.

Esa mañana, a las 10am, se presento el Dr. Rubén Ocampo Urieta, a quien solicitamos sus servicios para que nos diera una segunda opinión. El Dr. Ocampo examinó a mi papá y nos dijo que efectivamente su condición era delicada, que se encontraba con mucho dolor y que la pierna estaba falta de circulación, por lo que deberían realizarle un estudio de diagnóstico para descartar posibilidades de revascularizar su pierna antes de decidir amputar. El Dr. Ocampo actúo de manera inmediata a nuestro llamado y él mismo pidió la angiografía para fundamentar y documentar cualquier decisión antes de entrar a quirófano.

El estudió fue solicitado la mañana del jueves 18 de Marzo de 2010 por el Dr. Ocampo y constantemente estuvimos preguntando cuando sería programado, nos explicaron que sería subrogado puesto que el médico solicitante no pertenece a la institución y que de eso se encargaban las enfermeras (os), que simplemente esperáramos y mientras tanto mi papá seguía con mucho dolor.

Por más que intentamos que le suministraran algo para el dolor no dio resultado, nos dijeron que únicamente el Dr. Hernández tenía autoridad para recetarle algo y que solo le darían Ketorolaco en la dosis que estaba indicada, así que mi papá siguió sin poder dormir a causa del dolor constante que sufría en esos momentos.

La angiografía solicitada el jueves 18 de Marzo de 2010 fue realizada el sábado 20 de Marzo de 2010 y para esta fecha mi papá ya tenía 9 días con dolor intenso y sin poder dormir.

La mañana del domingo 21 de Marzo de 2010 le mostramos el estudio al Dr. Ocampo y nos dio una alternativa distinta a la amputación, según el estudio aún era viable revascularizar su pierna mediante un injerto en una arteria. Esta intervención debía realizarse con carácter de urgente puesto que mi papá tenía 10 días en sufrimiento.

En ese momento solicitamos el traslado a la Clínica Panamericana (ubicada en Antonio de Montes No. 6906) donde el Dr. Ocampo y su equipo estaban listos para la intervención. El Dr. Arellanes del ISSSTE autorizó el uso de una ambulancia de la institución puesto que, según sus palabras, es un paciente y no tenían porque negarse. Una enfermera de nombre “Lily” nos dijo que la única forma de llevarnos a mi papá de ahí era firmar un “alta voluntaria” por lo que mi mamá la firmó y salimos de inmediato a la Clínica Panamericana.

Esa misma mañana mi papá entró a quirófano (la operación duro 4 horas) y pasó la noche en la Clínica Panamericana, donde lo atendieron excelentemente y el lunes 22 de Marzo de 2010 lo dieron de alta. El Dr. Ocampo en todo momento ha estado pendiente del caso y lo ha visitado personalmente para evaluarlo, el día lunes 5 de Abril de 2010 lo visitó en la casa para retirarle los puntos de sutura y ver su progreso.

Mi papá conserva su pierna (su única pierna), lo que indica obviamente que de ninguna manera se puede tomar una decisión como la que tomo el Dr. Omar Hernández Hurtado basándose exclusivamente en 2 minutos de consulta, sin fundamentar y documentar como es debido dicha decisión.

En Enero de 2008 el mismo Dr. Hernández amputó el pie derecho de mi papá y fue atendido muy bien por el personal del área de cirugía del ISSSTE, incluso estuvo hospitalizado en otras 2 ocasiones posteriores por razones diferentes y la atención siempre ha sido aceptable, hasta la fecha no le han faltado medicamentos ni citas médicas, por lo que este relato de ninguna manera es en contra la institución ni es en contra del Dr. Hernández, es en contra de la indiferencia.

El Dr. Hernández no se detuvo en ningún momento a pensar en la calidad de vida de su paciente, tomó una decisión precipitada y omitió un procedimiento y es algo por lo que tendrá que responder, es algo que no puede quedar impune.

Todos merecemos un trato digno y de calidad, mi papá lo merece y en esta ocasión lamentablemente no recibió ese trato, sufrió mucho, no solo físicamente, y la intención de este relato es sentar un precedente para que no vuelva a ocurrir, para que se tomen cartas en el asunto y finalmente podamos decir que en México existe la justicia y la verdad.



Atentamente:
Norma Angélica Flores Avila.