Su dolor ya era insufrible: su espalda no soportaba mas las llagas a causa del sol. El agua salada intentaba, a arduas penas, curar los rastros de dolor en su cuerpo. La garganta estaba muerta, no podia emitir ningun sonido a falta de agua. Ironico, en mitad del oceano y sin poder beber de el.
Ninguna parte del cuerpo podia escaper del dolor; estaba desnudo ante las acusaciones del sol y la sal. No tenia escapatoria, los ojos le dolian por forzarlos para encontrar tierra en el orizonte. Era inutil, estaba perdido. Era un naufrago en el desierto azul.
Cinco meses antes, Frank Lawford, estaba sentado en su escritorio disfrutando de su vida, de su cigarrilo y de su vino. Vivia como el queria, vivia la vida. Cheques llegaban, el dinero se acumulaba y su ego crecia. Quien diria que unos dias luego el seria la carne podrida bajo el sol en el mar?
Entre cerrando los ojos vio un punto en el mar, justo antes del horizonte. Podria ser alguna esperanza, algo que lo salvara. Un barco parecia, un barco de carga
Estaba perdido, la imaginacion le empesaba a jugar una mala pasada.