Blanco como el Chocolate
Estrecha distancia,
dioses infantiles rodean el mar
están por todos lados
contemplando nuestras vidas,
nuestras fallidas acciones,
nuestros inconscientes errores...
mis errores.
El abismo esta deshabitado,
o desierto, que importa.
Siento en mis sueños volar
incesantemente sobre el mar,
junto a las olas, las gaviotas,
los hundidos barcos ya habitados por peces.
Cuanta ira nos da cuando no logramos algo,
destrozamos cosas inútilmente para encontrar la solución,
y cometemos otro error para poner en la lista,
sin aun encontrar solución.
Cuando te das cuenta que tienes que seguir destrozando para reparar un error,
ya estas agotado de seguir continuando,
agotado, pero sereno y amable.
Luego te das cuenta que la solución estaba al lado de tus ojos,
todas están hay,
pero siempre lejos de tus manos.
Oh!... que insensato fui...
Las estrellas están en nuestros ojos,
los ángeles en nuestras manos,
los dioses en nuestra risa,
que nos deja sin aliento,
a cada uno de nosotros.
Al fin y al cabo,
todo tiene un propósito,
hasta los destrozos,
sirven para escribir inexplicables palabras,
de inexplicables orígenes.
"La vida,
o lo que quieras asociar mejor,
es como un reloj de arena,
de invisible e imperceptible arena"
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