No es el caso sacar las estadísticas a relucir, no es el caso lograr un análisis económico del desempleo.
El caso es que cuando se habla del “drama humano” de desempleo, muchas veces se habla desde la oficina de economista con trabajo, periodista con contrato, es decir gente que no esta en ese "drama humano”.
Si bien sería injusto generalizar, puedo tener la opinión de que ese drama termina el mismísimo día en que nos sentamos en el volante del camión, en la silla de digitar, en el sillón de gerente. Ese día volvemos a la “casta” de los que “han superado a otros”, “de los más calificados”, para tener un puesto de trabajo.
Suena el teléfono y es la prima Mariana que tiene a su marido hace un año sin “pega” (laburo, trabajo), y la escucho, lo lamento taaanto, y le pido que me envíe un curriculum vitae. “Pero mándamelo luego eh?”...
Después puede dormir el sueño de los justos en el cajón donde se guardan los clips y los lápices de pizarrón.
Caso real, sí señor, eso es y ocurre. La gente cuando tenemos trabajo escuchamos “mmmm?, pero por algo no ha encontrado nada...aaaalgo tiene que haber”
Bueno, así es. Algo hay, y las causas son muchas, entre ellas exceso de profesionales (por el negocio de las universidades privadas y estatales chilenas), la discriminación (ya referida en otra columna), la necesidad del “pituto” (influencias) y visto por mí desde dentro, a veces la desidia, sí la desidia.
Después, podemos ver algunos tipos de desempleados que tampoco lo hacen mejor.
Los que “por menos de x millones no trabajo”, “ese es un trabajo que no me motiva”, “queda muy lejos”, “es una empresa desconocida”....
Otros que existen son los que sienten que el mundo entero se ha confabulado para no dejar que sus enormes capacidades opaquen al resto, quien lo entrevistó “tuvo miedo de tenerme... típico de mediocres”
Pero el título de mi columna, es el centro, lo demás ha sido ambientación, porque también existe el patético desempleado, ese que cree en algún minuto que está haciendo todo lo que siempre ha querido, ese que piensa que es un momento para encontrarse a sí mismo, pero sufre en las noches porque le cuesta demasiado generar dinero para vivir, ese que ante los amigos siempre muestra el mejor estado de ánimo, que regala su asesoría, que incluso dice estar “orgulloso de mi mujer que sostiene la casa y yo puedo descansar ahora”... ese que una vez vio en una conferencia (donde van muchos desempleados porque tiene tiempo y cuando son gratis), que el expositor al finalizar dijo “ahh, saben que tengo una muy buena oportunidad de trabajo... Necesitaría que me enviaran sus cv’s...”. Cuando un tipo que andaba con su cv se acercó al relator para entregárselo, escuchó a dos “empleados” (como si fuera pecado), reírse del tipo y al unísono decir “queee patético”... Me miré y pensé si yo habría ido a entregar mi cv.
Ese día supe en serio lo que piensa mucha gente... y me convertí en un desempleado patético, el mismo que cree que está viviendo feliz y no ve el dolor que viene noche a noche a herirlo mientras duerme.
Perdón por lo personal.
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