Ampárame en tu experiencia.
Enséñame los límites de las horas incontables,
eclipsa los preceptos de la ética,
y deja que comparta contigo la locura de mi juventud.
Se víctima de mis palabras cursis.
Esas que alternan armónicamente con tu madurez.
Déjate arrastrar por los senderos de mis veinte
y traza nuevas rutas en mi espalda.
Divide entre los dos
el tiempo que has vivido
y verás que no hay gran diferencia
entre tus años y los míos.
Abandona por segundos tus responsabilidades
y enfrenta la soledad que no buscaste,
esa que tanto quieres apartar.
Llega a mí y vive otra vez.
Porque estoy consciente
de que no hay gran diferencia
ni obstáculo grande a enfrentar.
Solamente tengo veinte, y tú... Veinte más.
Texto agregado el 11-04-2010, y leído por 138
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