Yo tengo un reloj
que entre el tic y el tac
tiene dos siglos
un tiempo en el que el
olvido se ha quedado
a descansar
Tengo un grifo
que es para la sed
de almas
un aro estacionado
justo detras de los recuerdos
subyapuestos en orden
de dolor
Tengo un amor sin viceversa
un dado y un compas
Una fe que camina con muletas
y una ventana que abre
a la esperanza
William Orozco
Texto agregado el 11-04-2010, y leído por 305
visitantes. (8 votos)
Lectores Opinan
13-10-2017
El poema entero está bueno, pero la primera estrofa está bestialmente bueno. Felicidades mano. Gnomono
20-08-2010
¡Un verdadero placer leerte! Tu reloj posee una extraña ley de relatividad, y el amor sin viceversa siempre duele, con muletas y todo aún hay fe… ¡qué hermoso tiempo destrozado! Lucerodeluz