En la orilla del rió solo estoy, con un vaso de ron entre mis dedos y la pluma amante que me atrae. No he querido hundirme junto al frió de las aguas, esas duras y heladas que enfrían mis manos y acongojan mis ganas. Seguiré esperando a mi princesa, que me recogerá del aire cuando más frió este, cuando ya no pueda pensar, cuando ya no pueda vivir y solo me quede hablar con los árboles que tendré que romper en el infierno cuando más cerca este del cielo.
Texto agregado el 25-06-2004, y leído por 352
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Lectores Opinan
27-06-2004
quien es el emfermo que te molesta escritor.. letrero