la vida suele darme sorpresas... escucho los pasos aceitados de la muerte... es mi momento más importante. espero irme y dejar algo hermoso, como este sentimiento que todo lo perdona... una señora con el rostro oscuro y sin rasgos, ha alargado uno de sus amarillentos brazos, delgados como fideos... ha extendido una mano y de ella han salido mariposas negras, es decir, con las alas negras... todas vuelan alrededor de mi... una se ha detenido frente a mi rostro y luego, ha empezado a comerme todo mi ser... es extraño, no siento dolor... he querido mirar, pero no tengo ojos ni rostro, tan solo esa silenciosa oscuridad... la oscuridad se ha detenido y desde el fono brota nuevamente una mano, es la misma de la vez anterior... ¡ven!, me ha dicho... no sé cómo, le dije... ¡ven, tu sabes!, me dijo... no tenía nada que hacer ni dónde ir cuando algo en mí empezó a flotar hasta llegar a tocar aquella mano abierta, fría y delicada como una navaja... me cogió y luego, no recuerdo mas... tan solo ese silencio que gota a gota empezaba a ser mas y mas hermosa... debo de haber hecho algo maravilloso para ser testigo de mi momento más importante...