Me senté en una plaza muy grande, no era el central park ni nada parecido, solo era una plaza grande en el centro de la ciudad. Los niños andaban en autitos arrendados, un organillero en la esquina opacaba el vuelo de las palomas que en círculos esquivaban al peuco que las seguía, las parejas de enamorados eran como las estatuas de afrodita que rendían memoria a las leyes de la vida y yo miraba sentado en un banco de madera para 3 personas. De pronto como un destello blanco ilumino toda la ciudad, el azul del cielo se volvió violeta claro, empezó a temblar, mire al horizonte, los edificios no dejaban ver mas allá y entonces pasó.
Mis oídos no tenían respuesta, solo miraba como las madres tomaban a sus hijos en brazo, los enamorados corrían de las manos y las palomas volaban cada uno para su lado. El brillo se hacia cada vez mas fuerte, era como una fotografía sobre expuesta y el calor llegó, junto con una ráfaga de viento con la que apenas podía mantenerme de pie, corrí hacia los baños públicos de la plaza, los cuales estaban bajando unas escaleras al interior de la tierra, como 1 piso mas abajo.La encargada estaba en el piso boca abajo, le di media vuelta y sus ojos se estaban desasiendo como un chocolate. Cerre la puerta y esperé.
Esperé.
Esperé
Esperé y...
Esperé.
Pasaron 4 días cuando recién dejo de temblar y el brillo exagerado que entraba por debajo de la puerta dejo de cegarme. Tomé la manija de la puerta y note que estaba muy fría. era todo extremo hasta el momento, entonces abrí la puerta y...
Bueno, esta es la parte que me cuesta contar. Resulta que ya no habían niños jugando ni enamorados ni palomas, solo habían militares en tanques, aviones como estrellas en movimiento y mucha gente que no estaba, solo sus ropas que se movían con el viento del pasar de los tanques.
Yo, con 24 años, sin padre, sin madre, sin recuerdos, solo desperté en esa plaza, no se como me llamo ni que hacia ahi, solo se que me metí las manos a los bolsillos y encontré un pedazo de metal partido por la mitad que al unirlo como un libro, este se ponía azul y brillaba suavemente.
¡Ahora veo quien soy y quien era!
Soy yo. En el pasado. Intentando comunicar...les. |