Fue desde la primera de las nueve lunas
que nos dejaron de importar las palabras;
Porque no son los cuerpos
los que se enfrentan
- amor -,
si no los pedazos desgajados
que nos complementan
y que nuestras almas rotas,
en el fondo, se guardan.
Siendo cada trozo de uno,
el que al otro alimenta;
Siendo cada trozo del otro,
los que a los dos nos faltan.
Son las manos y no las bocas,
las que los versos dispersan
cuando nos tocan los labios
-amor-,
y es cada caricia un regalo que,
desde el corazón, nos habla.
Fue desde la quinta de las nueve lunas
que el mar relajó su luz en tu mirada;
¿Recuerdas...?
Estando juntas, tu piel y la mía
- que aun sin poder hablar, se hablaban,-
se engalanaban de fiestas
con la voz en secreto,
- y secreteaban -
prometiéndose todo el día
el verde-azul de nuestras playas.
En cada una de las nueve lunas nos tuvimos
- amor -
mas vida, que en nuestras largas vidas separadas.
Aunque fue la novena luna de las nueve
la que trajo la muerte,
despedida vestida de plata.
De cada adiós, hermosa mía,
nos nace esa muerte lenta
que se nos cuelga de los brazos,
y nos quema
como sal en la herida abierta…
- amor – despierta!..
…¡que es la vida, lo que se nos muere!
Que fueron nueve lunas la diferencia
entre vivir nueve vidas,
juntos, en una…
a tener, separados,
una sola larga vida muerta.
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