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Inicio / Cuenteros Locales / panakeos / Jorge L. Borges: Ceguera física, visión abstracta

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Cito textualmente: "Muchas cosas he leído, pero pocas he vivido". Lo dijo Jorge Luis, un argentino de las letras, joven trotamundos de la mano de sus padres, quienes lo introdujeron en la embriaguez sapiencial de las bibliotecas. El correspondió con creces, sabiendo que alimentaba la viva iniciativa de ser escritor.

Sintiéndose hijo de Buenos Aires y Montevideo, fiel amante de la lengua inglesa y la literatura anglosajona, ya desde pequeño halló dos elementos que de manera tan lírica como traumática acompañarían los movimientos emotivos de su pluma exploradora: los tigres y los espejos. A los primeros adoraba, a los últimos temía. ¿Por qué ese temor hacia los espejos? En los primeros versos de su poema titulado El espejo nos lo cuenta, con su lenguaje sutilmente directo y preciso:

Yo, de niño, temía que el espejo
me mostrara otra cara o una ciega
máscara impersonal que ocultaría
algo sin duda atroz./

Si bien sus ojos por legado genético de su progenitor fueron perdiendo progresivamente su funcionalidad, Borges maduraba una memoria prodigiosa y un ojo clínico para las penetraciones filosóficas; era a su vez un hombre más perdido en un limbo habitado por otros hombres que bregaban por horadar fronteras empíricas. Eso presuntamente atroz que podría ocultarse en los espejos forma parte de las marañas de lo arcano, a lo que Borges se aproximaba con paciencia y duda metódica. En cuanto a los tigres, o al Tigre que él amaba, no faltaron homenajes poéticos, incluso en uno de sus poemarios, El oro de los tigres, enarbola su simpatía con estos felinos, tanto los reales de Bengala, los del zoo de Buenos Aires que visitaba de niño, y los tigres literarios como el de Blake.

En su juventud, vivió en España y se adhirió al movimiento ultraísta, que propugnaba una adjetivación justa sin digresiones barrocas y el empleo indefectible de la metáfora, como columna vertebral de la poesía. Y metáforas para él, fueron los tigres, los espejos, el ajedrez, los viajes, sus antepasados genealógicos y los históricos de su país en general, de hecho se ocupó a su regreso a Buenos Aires, en rendirles homenaje, así como a su ciudad natal, y a su barro, Palermo (véase el poema Fundación mítica de Buenos Aires).

Conforme fue creciendo, lo haría junto a él la dilección hacia el conocimiento y la sabiduría, teniendo los libros como salvoconductos sagrados. El tiempo, el espacio, la eternidad, Zenón y la tortuga, las mitologías, todo eso era alimento esencial para el alma de Borges; de la poesía histórica y mayoritariamente en verso libre fue penetrando en algo que lo catapultaria a la celebridad mundial: los relatos y ensayos. De manera que abrió las puertas al trabajo metaliterario, literatura sobre la literatura con Inquisiciones y Evaristo Carriego, luego realizó geniales trabajos como Discusiones e Historia de la Eternidad.

Posteriormente, se puso de manifiesto su devoción hacia la literatura fantástica, y siempre el notable barniz filosófico, sanctasantórum de su ser. Ficciones y El Aleph fueron sus trabajos del estilo por antonomasia, erigiéndolo como un vanguardista en el buen sentido de la palabra, en lo concerniente al cuento. Quien se predisponga a leer relatos como La Biblioteca de Babel, El jardín de senderos que se bifurcan, Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, El Zahir o El Aleph hallarán a Borges en su más vernáculo lenguaje; libros y citas que llevan a más, leyendas e invenciones entretejidas con historias reales, escenas de cotidianeidad llevadas a la magia de lo abstracto, siempre con sobriedad y espíritu cosmopolita, no sin flirtear con su Buenos Aires.

Borges ingresaba paulatinamente en la senectud; dos personas como Adolfo Bioy Casares (gran amigo suyo y coautor de numerosas narraciones) y María Kodama; la poesía, el verso retornaban (prosa y verso conviven por igual en la imaginación, él lo dijo)... Eso, no sin fraguar sus Otras inquisiciones, donde rinde homenaje a Oscar Wilde y Quevedo por ejemplo. Mientras tanto, los poemas de madurez, vendrían impregnados de sus obsesiones con insistencia, el autor se pone en la piel de personajes literrios como Alonso Quijano (El Quijote) y de autores venerados, especialmente anglosajones como Poe, Joyce, Keats, Shakespeare, Browning y escandinavos como Sturlusson; siguieron los homenajes a personalidades de su patria, a Buenos Aires, y cómo no, continuó embelesado con el Ser, la Nada, los Arquetipos, el ajedrez, las espadas, los tigres, los espejos, los sueños, hombres que sueñan y que son soñados, las Mil y Una Noches, las clepsidras, sus eternos laberintos y pensadores.

Antes de quebrar un largo silencio en materia de publicaciones poéticas, había lanzado a la palestra dos libros de relatos: El libro de arena y El informe de Brodie, en los que da un giro más realista y también criollo-gauchesco.

Borges, por otro lado dejó claro que no tenía una cosmovisión filosófica definida, se ocupó con destreza de varias dificultades de ese calibre, y afirmó que la filosofía y la teología son dos ramas de la literatura fantástica.

Retornando a la cita con la que abrí este breve ensayo, Borges, embebido de las lecturas y sus trabajos, calibró la triste convicción de no haber vivido con mayor plenitud. Por ejemplo, en el poema Espdas, dice en el pareado final:

Déjame, espada, usar contigo el arte;
yo, que no he sabido manejarte.

Más potente y directo es todo el poema Remordimiento, donde desnuda su esencia de no haber sido feliz:

He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz./

Borges, poco dado a desnudos emocionales en apariencia tan directos, tildó este poema de patético. Asimismo, con excepción de algunos tankas y haikus (pues exploró formas artísticas japonesas, ¿por influjo vivo de Kodama?) y el relato Ulrica de El libro de arena, tampoco enseña una faz amatoria, ni mucho menos estética o lúbrica, conque su comunión literaria con las mujeres es escasa.

Sí veremos en reiteradas ocasiones a este autor referirse a su ceguera, rezumando también perplejidad en ensayos muy personales, como uno escrito sobre la Gran Muralla China, Blaise Pascal y otros tantos..

¿Sabía Borges, "the blind man", que sus ojos se debilitarían a lo largo de su vida?, ¿era consciente del poder de penetración que sus abstracciones o dédalos ejercerían la gente culta? Infatigable y vivencial lector, cazador metódico de cosmovisiones con arraigo anglosajón y gotitas de sangre judía, capaz de hablar de su propia obra con suave tono ex cathedra y re-versionar poemas (véanse Proteo, Spinoza, Buenos Aires), de hacernos vibrar con abismos que conducen a otros abismos...

Leer a Borges es sumergirse de modo semiinconsciente en una letanía cuya gradación marcha entre sueños sobre sueños, llaves, monedas, autobiografías... Es monomanía cíclica de símbolos y facciones maravilladas ante el Unierso en tanto que magna entidad que transpira arcanos.

Por encima de toda relatividad, Jorge Luis Borges es uno de los artisas de mayor renombre en América Latina y el mundo entero, y probablemente el más célebre de su país natal, junto a Cortázar... Aunque haya vivido mucho tiempo lejos de aquél (como Cortázar), aunque no haya escrito ni una novela (algo que tanto se demanda), aunque no le hayan concedido el premio Nobel (dijo que quizá creían que ya se lo habían concedido)...



Texto agregado el 07-04-2010, y leído por 159 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
25-06-2010 Creo que es un excelente ensayo de Borges escritor y de Borges persona. Me da la impresión de que conoces bien su obra porque para concluir con una afirmación como la que copio textualmente, se necesita tener elementos profundos de juicios de valor sobre el autor. "Leer a Borges es sumergirse de modo semiinconsciente en una letanía cuya gradación marcha entre sueños sobre sueños, llaves, monedas, autobiografías." Que nos guste o no su excentricismo o elitismo tan marcado y que él llevaba con un orgullo -para mí - desmedido, ya eso es otra cosa. Te felicito por este trabajo. Siempre que escribes lo haces con altura, ya que una de tus principales características es documentar tus escritos. Un abrazo. SOFIAMA
07-04-2010 Buena reseña de Borges mariosiddhartha
07-04-2010 ES UNA LÁSTIMA QUE HAYA SIDO TAN AMIGO DE LOS HIJOSDEPUTA QUE TORTURABAN, HACÍAN DESAPARECER, Y ASESINABAN GENTE. ÉL ESTABA MUY CÓMO TOMANDO EL TÉ JUNTO A ELLOS, INVITÁNDOLOS A SU CASA. ES UNA MIERDA DE PERSONA, NO IMPORTA COMO ESCRIBA. josesur
 
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