Como de costumbre el otoño se despereza.
Y llueve, demasiado. Pero limpia las asperezas.
En la playa veo pasar las gaviotas.Ellas sacuden sus amores de otros siglos mientras espero a mi mujer.
Ella es ansiosa y exigente.
Cuando llegue hemos de volver a ver las gesticulaciones del alba cuando pugna por inmovilizar al sol.
Nos yergueremos heridos por el tiempo, pero invencibles.
En un declive que los años no logran derrotar.
Porque llevamos en la mochila guardadas las asperezas. las cartas enviadas y tal vez leídas varias veces. Y un par de estrellas para no perder el rumbo.
Ya la decadencia nos atañe pero no nos complica.
Y los momentos permiten vivir mejor de lo pensado.
Viviremos con alegría mientras los hijos repiten otra historia mas nueva.
Tal vez, sólo tal vez, en esos capítulos renaceremos.
Texto agregado el 07-04-2010, y leído por 212
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