9:18 hs "Hialeah. Parada de ómnibus “La Cubana"


Charlo por teléfono con carolina fina, una amiga de la que no pude llegar a despedirme personalmente, mientras que el cabezón Pérez con una sonrisa de feliz cumpleaños mira toda la escena. Ese pibe, el cabezón, es un mendocino amigo que me dio una mano enorme a la hora de tomar el envión final hacia New York, en su casa viví todo este ultimo mes de mayo. Juntos trabajamos bajo el fuerte sol de Miami, haciendo trabajos de jardinería. Nos dimos una mutua mano de afecto a la hora de soportar esos bajones de ánimos que se suelen padecer a la distancia…



9:41 hs "próxima estación esperanza"


Llega el micro, en medio de bolsos, abrazos y emociones encontradas; por todo lo que queda, por todo lo que llega. Subo y busco mi asiento, el numero…? 18 pasillo –buen numero- pienso mientras me acomodo. Suerte adicional desde el vamos. El asiento de al lado, el numero 17 no fue vendido, o sea doble espacio, doble comodidad doble de cuerpo.

Arrancamos, busco el disk-man y saco la primero de las 6.578 canciones elegidas para tremenda travesía. La ganadora es una escrita por Manu Chao: "Próxima estación esperanza". Juro que la elección fue totalmente espontánea…



11:45 hs "The Cuban island"


Parada para comer: churrasquitos, con ensalada y papas fritas. La cuenta no venía incluida en el costo del pasaje. Porque no avisan, che!! En fin, buen provecho y que lo disfruten…

El lugar en cuestión, se llama "The Cuban island", cerquita de Fort Mayer. Y queda, si mal no recuerdo, antes de llegar a Orlando Disney. Pero ningún Mickey a la vista me da algún tipo de certezas…




14:13 hs "Smell like teen"


Estamos por llegar a la ciudad de Tampa, Florida. En Tampa están los "Tampa Bay", que no es una marca de artículos femeninos usados periódicamente. Los Tampa Bay son un equipo de fútbol americano que la temporada pasada ganó la final del súper bowl. El pateador del equipo es un argentino de apellido gramática.

Pongo la radio para ver con que me encuentro. Suena una canción de nirvana. La dejo, va con el paisaje, "Smell like teen", o sea "huele a espíritu adolescente". Y todo este viaje tiene algo de eso en vez de salir con la mochila al hombro, de mochilero decimos los argentinos, de botelleros dicen los cubanos. Y los chinos le dicen… ehhh… bueno, ya se me olvido. En fin, sigamos

Por momentos la onda radial se pierde en el espacio. Solo espero que al chofer no le suceda lo mismo…



15:18 hs "Hey you!! My name is William"


Llegamos a Tampa. Suben dos personas. Una pasajera corre desesperada a comprar algo al Mc Donald’s. Dos hondureños bajan a fumar un cigarrillo, tal vez dos.

Un negro, que había subido en una estación de servicio, y que saco el pasaje arriba del bus, se decide a ultimo momento a bajar a comprar algo para almorzar.

Tampa se parece a cualquier ciudad suburbana de cualquier lugar, a mí por ejemplo me recuerda a Temperley, en el sur del Gran Buenos Aires, Argentina. Sobre todo por aquel puente bajo nivel y esas vías de tren que lo cruzan.

Sin embargo, la primera impresión de Tampa es de desprolijidad, tal vez sea por todas las obras en construcción que bordean la ruta. Luego, ya entrando al corazón de la ciudad, los altos edificios la transforman, ahora si, en esa pequeña ciudad suburbana de cualquier ciudad.

Arranca el micro. El otro chofer, el que en ese momento no conduce, nos pregunta -estamos todos…. ?- como si el que faltase pudiera llegar a responder. Una vieja, que rato atrás me había pedido (mangueado) un par de caramelos de la bolsita que recién había abierto, grita

–El negro!!-.

Silencio y confusión general. Entonces la vieja vuelve a gritar

-¡¡Falta el negro!! ¡¡Ese que subió en la gas steiyion!!-

Al unísono todo el mundo dirigió la mirada hacia ese asiento vació, luego hacia la ventanilla que daba al Mac Donald’s. El hombre venia corriendo blanco de miedo (es una forma de decir, claro esta), cargando consigo un enorme vaso de coca cola, súper extra grande.

Vuelve a arrancar el micro; ahora si, con todos sus pasajeros. Antes de abandonar definitivamente aquella parada, vemos a una chica negra, con el uniforme de Mac Donald’s corriendo hacia nosotros.

–¡¡El negro!!- grita otra vez la vieja.

- El negro ya subió, señora. Tranquilícese por favor!!- grita alguien desde el fondo. A lo que el negro reacciona diciendo

– ¡Hey you! My name is William, no negrou-

El punto en cuestión fue que la muchacha que corría hacia el bus, lo hacia con la intención de darle el pedido de comida al negro… perdón, quiero decir a William, que con el apuro y el susto a perderlo todo en un solo instante (viaje, bolso, dinero y esas ansias locas de querer triunfar en la vida, pese al estigma del color de su piel), y quedar varado "ad infinitumm" en la suburbana ciudad de Tampa, solo tuvo tiempo de recoger, a las apuradas, su bebida cola.

La empleada negra, que vaya uno a saber como se llamaba, seguramente se gano el premio a la empleada del mes de mayo, mientras que William pudo comerse su big mac y beber toda esa cantidad infernal de coca cola, dentro de un vaso súper extra grande.

Por cierto, tanto las hamburguesas de Mac Donald’s, como la coca cola no son santas de mi devoción. Pero convengamos que el gesto de la chica fue muy noble…




17:44 hs "dicen que el verde descansa la vista…"


Hace como dos horas que lo único que se puede ver por la ventanilla es campo, bosque… bosque, campo… campo… bosque… bosque… campo… campo… bosque… bosque

Dicen que el verde descansa la vista… dicen que el verde descansa la… dicen que el verde descansa… dicen que el verde… dicen que el… dicen que… dicen…

Z… zz… zzz… zzzz… zzzzz… zzzzzz… zzzzzzz… zzzzzzzz…

No se pierda la segunda parte de esta historia...