Los ruegos fueron escuchados, no cayeron desde el cielo como un rayo, o una poderosa
luz que enceguece, comenzó un hormigueo en la planta de mis pies, luego empezó a subir
por dentro provocando que la piel se erizara hasta los cabellos en mi cabeza, luego las
rodillas temblaron, las manos sudorosas y un silbido en el oído medio.
Fue entonces que sobrevino lo inevitable, caí desmayado, me desplome en el suelo y mí
mente miope y egoísta se conecto por fin, con un pensamiento mas universal y perfecto.
Al despertar me sentí feliz, más liviano y decidí buscar un nuevo camino. Ahora que
siento el respaldo de esta conjunción de pensar y actuar de manera universal, es ahí
donde comenzamos a vivir de verdad.
Me despoje de mis ropas llenas de pesimismo, mis calcetines sudorados a desesperanza,
mi camiseta húmeda de venganza, mis calzoncillos llenos de odio, desnudo entonces me
deje caer al vacío de mi inconciencia, donde rebosaba en mi, en caída libre lleno de felicidad …
Luego esas sombras y risas que escucho a lo lejos, una voz que aquieta mis sentidos
me acarician mis ahora pequeñas manos, estoy bebiendo el néctar de la vida y esos
rostros que no distingo aun, dicen cosas como : “que hermoso bebe” “mira su cabecita
que perfecta es” “y sus manitos” “es igual a su padre, comilón” “mira como agarra mi dedo” “que fuerte es” …
Entonces me duermo placido otra vez y no recuerdo por que vine hasta aquí, solo siento
que estoy aquí, para ser FELIZ …
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