hoy, en mi séptima vida me atrevo a pensar en una palabra que pueda llegara es tar cerca de parecer un sinónimo de alegría. Desgraciadamente temí a tu nombre al momento de sentir algo que nunca antes había sentido: La liberación de haber encontrado algo que seguiría en mis rumbos.
Te ví en el fuego de la plenitud de una torturaviendo el calor y la luz que le diste a mis ojos, depués de quemarme y cegarme con esa luz; sin tener si quiera noción de lo que era mi dolor. Nunca me faltaron mis "amigos imaginarios"(mis demonios), engañándome, esos que me decían que el dolor era parte de mi. Despuésde haber vivido con eél las últimas 6 vidas (me habían contado por ahí eso de que el pasado duele) ... YO QUÉ MIERDA SÉ!!!!!!
Posiblemente los demonios sean la evidencia de esa tortura que he sentido sin saber de dónde viene.
realmente mis sentidos se han conectado tan bien que no puedo conocer mis pensamientos, huelo disonancias y melodías, quizás, pero mis otros yo están en catársis. No me gustaría dejar estas palabras en algún lugar del mundo que tenga la misma historia que mi cabeza, de ser así se destrozaría y en su siguiente vida (última bocanada). Esas fueron las últimas palabras de cierto personaje de esta historia. Claudio Cornejo, oyente del personaje recién fallecido (Ejho) quedó siendo la sexta vida de Ejho. Sus demonios lo atormentaron, se alimentaron de su debilidad y terminaron consumiéndolo entre los recuerdos de Ejho: El guía de sus rumbos.