Parte primera de sonetos a mi Madre

Esa de cabellos casi canos
rostro trasnochado y agotado
por los malos años republicanos
y el carácter de su madre abundado

Experta en la escala de vida
nunca abandonó la grande misión
a su rica niñez empobrecida
siempre buscando una explicación



Concibió a corta y precoz edad
trayendo a cuestas siempre el dolor
que un hombre le hacía acaparad
y así sentirse naturalmente superior

Nunca emitió una lastimera queja
a pesar de su grande y febril aflicción
por amor de madre a su pequeña hija
soportó soezes palabras de humillación

Tuvo firme voluntad de valerse sola
guiada por el bendito gran Redentor
y con su voz de niña con aureola
gritó !perdón¡ con un gran fervor...

Esa de la que antes he hablado
y escrito lo que me ha contado
es mi madre y bella vida me ha dado
siempre con ella estaré endeudado.