El siguiente paso de mi investigación fue acudir al lugar de los hechos sobre todo la ciudad donde nació, murió y peleo mi personaje: Victoriano Ramírez el 14, la vida me llevó a la pequeña ciudad tapatía de; Tepatitlan de Morelos Jalisco, ahí tuve la oportunidad de conocer y enriquecer un poco más mi precaria cultura al respecto.
Al principio la cultura popular solo decía “que lo habían matado” no especificaba ni el lugar, motivo o incluso ¿quien lo había matado? la lógica imponía que su muerte había sido a manos de los federales puesto que él era un aguerrido combatiente “cristero”, pero no, la verdad fue diferente.
Jean Meyer en su libro: “La cristiada 3” comenta algo acerca de este hecho y describe un par de pasajes: Victoriano entra triunfante en San Miguel el Alto Jalisco ante los vítores de la gente y la envidia de sus compañeros de armas entre ellos el Padre Vega, Navarrete y un tal Valdez; después nos vislumbra la serenidad y frialdad de un hombre integro al encontrar a su esposa en brazos de otro y ante el hecho consumando de la traición, solo se contenta con tomar a su hija entre sus brazos quien lloraba inconsolable en una improvisada cuna en un jacal por allá por el rumbo de Buenavista Jalisco, municipio de San Miguel el Alto Jalisco y ante la mirada atónita de los traidores solo se contenta con decir:
- ¡A que caray me la tienen descuidada, por andar con sus loqueras!
Victoriano toma las escasa pertenencia de la niña y sale de la casa, monta en su caballo y se aleja con la pequeña. La leyenda cuenta que el tipo(el traidor) se enfermó de la impresión pues teniendo la fama que tenia Victoriano, se decía que volvió a nacer.
Leyendas como esta pululan alrededor de este personaje enigmático, carismático y que a veces raya en lo mítico, como el hecho de que a su muerte, se le robò la cabeza por el miedo que le tenían sus enemigos de que reviviera, y también el hecho de que su cuerpo al ser exhumado del panteón de Tepatitlan de Morelos 5 años después de su muerte, para ser trasladado a San Miguel el Alto Jalisco. Estuviera incorrupto.
Leyendas como esta; crecí escuchandó y ahora leo algunas a través de historiadores, periodistas que se lanzan como un servidor a develar el misterio de un mito, que al fin y al cabo son el alimento para la fe y el espíritu del pueblo.
La muerte de Victoriano esta rodeada de ese mismo halo de misterio, y para vergüenza del mismo clero quien queriendo justificar un asesinato intenta manchar la imagen de un personaje que su único “pecado” fue entregarse apasionadamente por lo que el mismo decía:
- ¡Que les habrán los templos a los padrecitos y que arreglen sus cuestiones!
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